EL QUE SEA bueno o sea malo sólo el tiempo lo dirá, pero las palabras de Jesús Seade, designado por Andrés Manuel López Obrador como el jefe negociador del Tratado de Libre Comercio 2.0 y hoy llamado USMCA, calaron hondo en el empresariado chihuahuense, y es que el augurio del experto en economía de que con el nuevo acuerdo el país dejará de ser maquilador, involucra al estado de lleno, al ser Chihuahua la entidad con más maquiladoras en todo el país a raíz de la apertura comercial que ocurrió en los años 90, industria para algunos salvadora y para otros destructiva, pero que sin duda representa una de las principales actividades económicas del territorio.
Y es que ante la carencia de inversiones de otra índole en materia económica en Chihuahua en los últimos años, tales declaraciones ponen en jaque al gobierno actual y a los empresarios que hacen de la mano de obra barata su agosto todo el año, pues la industrias automotriz, cuyas remuneraciones son mucho más altas, ha optado por asentarse en otros estados y aquí sólo ha crecido el sector maquilador, que conociendo a esas grandes empresas de capital chino o de otras potencias asiáticas, pedirles mejores sueldos sería prácticamente ahuyentarlas a otros países en vías de desarrollo para confeccionar sus productos, así que entre la avaricia capitalista de las maquilas y la falta de gestión del gobernador actual, situaciones no muy agradables se auguran para Chihuahua.
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SI DE GESTIONES se trata, ya se supo a qué vino el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, hace menos de un mes a este terruño norteño, en donde se reunió con un sector de la militancia priista en un conocido restaurante de la capital. Resulta y acontece que el exmandatario oaxaqueño, señalado una y otra vez por actos de corrupción, aterrizó en Chihuahua para iniciar el tanteo de reclutamiento del nuevo PRI, y no necesariamente el que hace seis años anduvieron presumiendo con el regreso del tricolor a Los Pinos, sino con la creación de un nuevo partido político que concentre a los priistas que así lo deseen y de paso quitarse el estigma de las siglas que los sepultaron en las pasadas elecciones.
A decir de los más enterados, este nuevo bebé dinosaurio se llamaría Alternativa, y buscaría concentrar la ideología del Partido Revolucionario Institucional que se perdió cuando Carlos Salinas de Gortari tomó el poder, cuando se inclinaron más a la derecha y dizque se volvieron neoliberales. Vaya, buscan resucitar a don Plutarco.
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EL QUE YA comenzó con la chamba que ostentará a partir del 1 de diciembre cuando Andrés Manuel López Obrador tome protesta como presidente, es el diputado Juan Carlos Loera, quien fungirá como coordinador de programas federales en Chihuahua, y es que el legislador federal anduvo ayer en el municipio de Batopilas, enclavado en la Sierra Tarahumara y considerado como uno de los más pobres del país, ahí, el juarense estuvo levantando un censo de los ciudadanos que se beneficiarán con los nuevos programas sociales que él deberá vigilar que sean bien aplicados. Los malosos nos comentan que con esto y su posición privilegiada como vicegobernador, colocan a Loera como uno de los candidateables de Morena para el 2021, así que ya le salió un contrincante al senador Cruz Pérez Cuéllar.
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QUIEN DEBERÍA LLEVAR su amor a los animales más allá de su casa, es el gobernador Javier Corral, al que se le aplaude el cariño que expresa en redes sociales por sus perros Greta y Galo o por sus gatos Cali y Medea, y es que el Centro de Prevención y Zoonosis, mejor conocido como el Antirrábico, a cargo del Gobierno del Estado, trae más que molestos a rescatistas e integrantes de asociaciones en defensa de los animales, pues ya van varias denuncias en contra de la encargada, la doctora Alejandra Flores, a quien la tachan de indolente y prepotente, incluso causante de muertes prematuras de perritos callejeros, cuestión que debería ser investigada por el animalista gobernador, quien debería de extender ese amor por los peluditos de cuatro patas en acciones y mejor presupuesto.
Y es que no sólo en el Antirrábico se sufre por la indolencia de sus directivos, sino que también en el Centro de Esterilización, en éste último no por malos tratos, todo lo contrario, pues nos dicen que los médicos veterinarios hacen maravillas con lo poco que les dan, sin embargo, eso repercute en menor número de esterilizaciones diarias, a pesar de que la sobrepoblación de animales callejeros se está convirtiendo en un problema social.
Source: Columna