DESPUÉS DE UNA semana de campaña interna finalmente ayer por la noche resultaron electos como propuesta de la base militante priísta para ser integrantes de la planilla de candidatos a regidores que acompañe al aspirante a alcalde, Alejandro Domínguez, los dos presidentes seccionales con mayor arrastre en la capital: Rosy Carmona y Martín Enríquez, con 254 y 247 votos respectivamente de alrededor de 500 electores en cada ronda de votación.
Los números son fríos y en ambos casos, mujer y hombre, el triunfo fue arrollador en un dos a uno con relación a su más cercano competidor. En cuanto a equipos, el triunfo de ambas figuras dejó de manifiesto el refrendo del grupo dominante en la capital y que es liderado por el candidato a síndico, Fermín Ordóñez, ya que por segunda ocasión la propuesta de esa chavalada arrasó en la votación de Seccionales. Hace dos años fue con la propuesta de Gabríel Durán.
Por el lado donde el sabor de la derrota nuevamente supo amargo fue en las huestes del ex alcalde Marco Quezada, ya que hace un par de años se trató del esposo de la hoy líder municipal tricolor, Teokali Hidalgo, y ahora con todo y la dirigencia en sus manos también quedaron a la saga.
Ahora viene la segunda batalla y más importante, ambos candidatos a regidores demandarán ocupar un lugar privilegiado en la planilla que comandará Alejandro Domínguez. Esa será otra historia, como diría la Nana Goya.
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HABLANDO DEL CANDIDATO a presidente municipal tricolor, los malosos nos reportan que la jornada electoral de los Presidentes Seccionales la monitoreó acuartelado con su coordinador de campaña, Heliodoro Araiza, y su equipo más cercano de colaboradores.
Desde la media tarde tanto Domínguez como Araiza fueron vistos en tremenda reunión gastronómica con el delegado de Gobernación, Luis Carlos Campos, uno de los alfiles que le quedan fieles al hoy candidato al senado, José Reyes Baeza Terrazas. El encuentro gourmet fue en un merendero de productos del mar allá por el periférico de la Juventud.
Los enterados reportan que desde el inicio Alejandro Domínguez decidió no involucrarse en una contienda que tenía alto riesgo de división interna, pero la contundencia en los números evitará que el equipo derrotado no asuma el resultado con disciplina partidaria… o al menos eso se espera.
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“NO HAY DINERO y no hay dinero”. A casi un año y medio de la actual administración estatal y de un subejercicio en el presupuesto que ya hasta fue aceptado por el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, Lalo Fernández, por más que sea negado por el mismísimo gobernador Javier Corral, esa sigue siendo la frase favorita del secretario de Salud, Ernesto Ávila, quien ayer se tuvo que reunir con empleados del ICHISAL que demandan basificación y prestaciones laborales, además de medicamentos en los centros hospitalarios, los cuales continúan funcionando a la buena de Dios y no bajo el cobijo del presupuesto estatal.
Y decimos se tuvo que reunir, porque la encerrona ocurrió después de que varios trabajadores acudieron a protestar a Palacio de Gobierno para ser escuchados, y ahí en el encuentro, el tema de la falta de dineros volvió a ser el eje central y el pretexto del doctor Ávila, a pesar de que existe en las arcas un subejercicio de si no de miles, al menos sí de cientos de millones de pesos que no han sido gastados vaya saber usted el por qué, ya sea por falta de compromiso laboral o por miedo a malgastarlos, pero que si se aplicaran, aliviarían los rubros más importantes y rezagados del actual gobierno: salud, educación y el desarrollo social. Sin embargo, bien dicen que cuando una frase se repita tantas veces, aunque sea mentira, se convierte en realidad.
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EN DONDE MÁS que la sede de un Poder, parece más bien el escenario de un circo romano, es el pleno del Legislativo, pues lo ocurrido ayer previo a la sesión para entregar el reconocimiento a las chihuahuenses distinguidas, es una muestra de que el hilo de la diplomacia y la cordura terminó por romperse, y es que lo corajes guardados por los diputados locales de oposición, llámense las bancadas del PRI, PRD, PANAL, Verde y MORENA, en contra del grupo parlamentario del PAN y el diputado de Movimiento Ciudadano, Miguel Vallejo, llegaron al límite y se desbordaron por lo que ellos califican un ninguneo por parte de los legisladores azules.
Como hacía tiempo no se veía, diputados y diputadas de cada bando se enfrascaron en una lucha verbal que, según dicen, culminarán en una serie de denuncias por violencia política que amenazan con romper la ya de por sí nula armonía legislativa.
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Y CONTINUANDO CON las denuncias y amenazas, los malosos afirman que a quienes ya se les hizo costumbre amagar con represalias políticas y legales es a los legisladores del PAN, tan es así que ayer le tocó el turno a la diputada del PANAL, María Antonieta Mendoza, quien reveló que la amenazaron con grillarla en caso de que denunciara formalmente a su homólogo azulado, Jorge Soto, por lo que ella considera se trató de violencia política de género, sin embargo, los más enterados aseguran que lo mismo ocurrió el martes con la diputada Karina Velázquez, la presidenta del Congreso de extracción tricolor, que aunque ganas no le faltaron de bajarse de la Presidencia para dejar sin quórum la sesión y así tronar el dictamen de la Ley de Juicio Político, los chicos azules le recordaron sus vínculos con el ex gobernador César Duarte y la posibilidad de también proceder en su contra.
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YA QUE MENCIONAMOS al villano favorito, “el vulgar ladrón” César Duarte, y tal como se lo adelantamos en este espacio, ayer en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI fue instalada la Comisión Nacional de Ética en un evento encabezado por Pepe Meade, candidato presidencial de los tricolores, misma que pretende ir en contra de los militantes manchados por el halo de la corrupción, y en donde por supuesto destaca el oriundo de Balleza y ex gobernador de Chihuahua, sin embargo, lo que según los malosos llamó bastante la atención, es que por el puesto que ocupa al interior del CEN como secretario de Vinculación, ahí andaba Cristopher James Barousse, quien hasta se tomó una foto con José Antonio González Fernández, el comandante de dicha comisión que podría expulsar a Duarte de las filas de la familia revolucionaria. ¿Acaso le habrá platicado el chamaco de la Santa Rosa que el ex góber fue su padrino político? Vaya que cómo cambian las cosas entre los amigos.
Source: Columna