BUENO, BUENO, PUES la incógnita de si el gobernador Javier Corral encabezaría el Desfile del Día del Trabajo se resolvió a su manera, ignorando a la prensa en la pregunta expresa que le realizaron si estaría o no, a lo que él prefirió hacerse el loco y huir de las cámaras, lo cierto es que una vez más, como ya lo hizo el año pasado, el mandatario estatal despreciará de nueva cuenta a los obreros que desfilarán este día a partir de la ocho de la mañana, a menos que recapacite y decida saltar al ruedo como en el 2017, cuando hasta desfiló del brazo de Doroteo Zapata, el eterno líder de la CTM, pero eso, eso fue hace dos años, cuando el góber traía un bono de popularidad tan alto, que la caída le resultó estrepitosa.
Quién sabe a qué le tenga miedo Javier Corral en esta ocasión, ya que el año pasado era entendible por el enojo de los maestros de la Sección 42 del SNTE, los cuales sostuvieron un plantón en calles del Centro durante dos semanas, exigiendo el pago de sus prestaciones laborales, lo cierto es que lo único que demuestra el góber, es un desdén oficial a los trabajadores de la entidad, que a diferencia de cualquier otro año en sexenios pasados, el gobernador en turno ni se apersona a verlos desfilar por el Día del Trabajo. Chance porque esa palabra hasta la desconoce.
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PERO MIENTRAS ESO sucede, ayer la Suprema Corte de Justicia de la Nación le volvió a asestar un golpe al Gobierno del Estado, pues resulta y resalta que los ministros invalidaron reservas contenidas en la Ley del Sistema Estatal de Seguridad del Estado de Chihuahua, por considerar que vulnera el acceso de información, y determinó que las autoridades deben hacer pública la información contenida en las bases de datos y registros de sus sistemas, es decir, deberán desatar y exhibir los números rojos que en ocasiones se niegan a soltar para no quedar, aún más, como una entidad donde la sangre corre a borbotones.
Así que, aunque el gobernador Javier Corral opte por hablar 10 minutos de su infancia y sus añoranzas como político, mientras concede 30 segundos a minimizar las cifras de la violencia en Chihuahua, ya la Corte obliga a las autoridades estatales a no ocultar nada, nada, nadita, aunque por un momento se sintieran la CIA y la KGB juntas.
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HABLANDO DE SEGURIDAD, y de la reunión que los tres niveles de gobierno sostienen los martes en la mañana, al que se le vio muy temprano deambulando por los alrededores de Palacio de Gobierno, fue al súper delegado Juan Carlos Loera, el coordinador de los programas federales del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien quizá olvidó que la reunión se había pospuesto para la tarde, o que de plano se enteró desde antes que el gobernador Javier Corral no acudiría a la Ciudad de México a reunirse con AMLO, con eso de que Loera, el hombre que quiere ser gobernador bajo las siglas Morena, obedece a sólo uno de ellos. ¿Adivine a cuál?
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Y CÓMO LA seguridad es lo de moda, no por gusto, sino por necesidad, los que insisten, y qué bueno, en convertir la capital en Big Brother, son los chicos del Ayuntamiento que lidera la alcaldesa Maru Campos, pues aunque la prioridad es el proyecto de la renovación del alumbrado, sería en diciembre cuando la segunda etapa de la Plataforma Escudo Chihuahua, luego de los resultados que ha brindado en un año de funcionamiento.
Dentro de la segunda etapa, con independencia de lo que el presupuesto genere, los chicos de Seguridad Pública tienen la encomienda de ingresar a la Plataforma, con un costo de cero pesos, unas 2 mil videocámaras de ciudadanos particulares, que pueden ser conectadas por una red de internet tradicional y que solamente es cuestión de que inicie el acercamiento de la autorizada con la sociedad.
Serían 2 mil ojos más cuidando y procurando la seguridad en la capital. El tiempo apremia y los chavales de Seguridad Pública lo saben.
Source: Columna