Björk convence con su concepto teatral

Con un espectáculo de dos horas en donde la teatralidad, la originalidad de dar una nueva vida a las canciones, los mensajes ambientalistas y de empatía de género fue como Björk regresó a la Ciudad de México con su espectáculo Cornucopia.

Una carpa con capacidad para cuatro mil personas que veían desde cualquier ángulo el escenario y todos los servicios necesarios para realizar un evento como el de la islandesa se creó específicamente en el Parque Bicentenario, que si bien no es el primer evento musical que recibe, si es la primera vez que es el anfitrión de una artista internacional como Björk.

La espera terminó cuando 15 minutos después de las ocho de la noche un coro de 27 personas se apoderó del escenario. Mujeres y hombres vestidos de blanco daban voz a los temas islandeses como Ísland, farsælda frón y Vísur vatnsenda-rósu, entre otros.

La imagen virtual de Björk en las cortinas que fungían como pantalla con la letra de Family y The Gate anunció el definitivo regreso de la islandesa quien, cuando apareció de forma física en el escenario, arrancó la ovación de sus seguidores.

Cada gira de Björk se convierte en un viaje alucinante dentro de su mente. Ella no duda en reflejar el momento que vive en su música, la misma que ha trascendido más allá de sólo el sonido. Así como Biophillia, Vulnicura y Utopia hicieron explotar la cabeza de su público. Cornucopia no fue la excepción a la regla.

Bajo un concepto completamente teatral –el primero que la islandesa crea de esta manera– en donde los seres mágicos y las atmósferas creadas por las proyecciones, el diseño de iluminación, el diseño de producción móvil y los músicos– actores en el escenario hacían su parte mientras Björk colocaba la historia en música, Cornucopia se convirtió en algo más allá de un concierto.

Utopia, Arisen My Senses, Show Me Forgiveness y Venus as a Boy –con un arreglo completamente diferente que involucró sonidos de aves y flautas– fueron solo el comienzo del viaje por la mente de Björk que se manifestaba en cada momento por todo el recinto. El diseño de iluminación no solo apuntaba al escenario hacia ella, involucraba a la audiencia, por momentos con estrobos blancos y de colores y en otros con luces direccionadas que hacían brillar la cabeza de los asistentes.

Björk dejó claro que no le gusta que el público que asiste a verla desperdicie la oportunidad de vivir y disfrutar su show por estar tomando fotografías o video… increíblemente durante todo el espectáculo no hubo un solo celular registrando lo que sucedía, ya fuera por conocimiento de que a la islandesa le molesta o simplemente por los anuncios que se encontraban desde la entrada al recinto donde se avisaba que estaban prohibidos.

Claimstaker apareció arrancando los aplausos del público, pero fueron las primeras notas de Isobel las que arrancaron la ovación de la gente que hipnotizada seguía a cada uno de los personajes en el escenario y las imágenes de los gráficos que continuaron con Blissing Me.

Tenemos que imaginar algo que no existe. Escarbar intencionalmente al futuro y exigir espacio para la esperanza. Tejer un domo matriarcal. Imaginemos un mundo donde la naturaleza y tecnología colaboran. Y hacer una canción sobre ello, una maqueta musical y movernos en ella… Escribamos música para nuestro destino”, fue el mensaje que Björk lanzó enmarcado en un solo de flauta que dio paso a Body Memory y Hidden Place.

Así, temas como Mouth’s Cradle, Features Creatures, Courtship, Pagan Poetry, Loss, Sue Me y Tabula Rasa completaron la velada, así como un mensaje de la ambientalista sueca Greta Thunberg y Future Forever y Notget hicieron de Cornucopia una experiencia única. 

Fuente: Excélsior


Source: Espectaculos