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Autoridades de los tres niveles de gobierno rindieron honores y colocaron ofrendas florales a los Niños Héroes que el 13 de septiembre de 1847 murieron en la defensa del Colegio Militar del Castillo de Chapultepec durante la invasión estadounidense.
Desde el siglo XIX colocó bajo esta denominación a seis cadetes del Ejército Mexicano: Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, Juan de la Barrera, Juan Escutia y Vicente Suárez que perdieron la vida antes de rendirse ante el ejército enemigo.
Los jóvenes cadetes tenías entre 13 y 17 años. Se registró que uno de los soldados norteamericanos incluso se sorprendió al ver sus rostros al final de la batalla y dijo algo como “¡Pero sin son sólo unos niños!”.
La gesta de los niños héroes son ejemplo para las futuras generaciones de mexicanos y de miembros de las Fuerzas Armadas pues mostraron disciplina, lealtad y patriotismo y dieron muestra del más alto valor que es el amor a la nación.
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