Como parte de la consulta sobre las afectaciones ocasionadas a las comunidades indígenas por las obras del gasoducto El Encino-Topolobampo, el sábado 21 de febrero se realizo en Creel una reunión convocada por la Secretaría de Energía (SENER), a la que asistieron la CFE, la empresa TransCanadá, la Coordinación Estatal de la Tarahumara; las autoridades indígenas, y algunas de las asociaciones civiles que acompañan a las comunidades.
En la citada reunión, la comunidad indígena Bosques de San Elías-Repechike a través del segundo gobernador Luis Javier Pérez, dio lectura a un escrito entregado a la SENER en el que manifiestan que: “no estarán de acuerdo con la construcción del gasoducto, piden el reconocimiento a su territorio y solicitan se cambie el trazo por donde pasará la obra ante el peligro que ésta representa para los bosques, los manantiales, y las áreas de pastoreo”.
Desde el mes de marzo del 2014 a la fecha la comunidad de San Elías-Repechike ha solicitado por escrito y de manera verbal en cada una de las reuniones que se han tenido con los representantes federales y con la empresa, el cambio de trazo del gasoducto, para que no pase por su territorio, sin embargo no se les ha respondido.
La citada reunión del día 21 se desarrolló de forma irregular, ya que los funcionarios de la Secretaría de Energía apresuraron a los rarámuri para firmar el acta de acuerdo, violando las formas tradicionales, la cual requiere tiempo para platicarse entre los miembros de la comunidad hasta lograr el consenso colectivo. Con ello, se violento el principio internacional de la consulta que establece que deberá ser culturalmente adecuada y el cual, quedo incluido en el Protocolo de Consulta, pero la autoridad responsable de la consulta hizo caso omiso.
La prisa por firmar los acuerdos, dejo volando los objetivos de las etapas informativa y deliberativa: 1) la información sobre los riesgos del gasoducto en por lo menos 12 de 21 comunidades indígenas; 2) falta de claridad en los criterios que se harán valer para aceptar o no los proyectos que a manera de pago por las afectaciones provocadas por el la construcción del gasoducto otorgará la empresa.
Para lograr la firma del acta de acuerdos, las autoridades se vieron en la necesidad de hablar con cada uno de los gobernadores indígenas en solitario en un claro acto de presión nunca visto, para finalmente conseguir las firmas y retomar a la brevedad las obras de construcción del gaseoducto con el cual ya han perjudicado el entorno de las comunidades rarámuri.