A 3 días de nacidos los ratones comienzan a recordar

Para los ratones, los primeros recuerdos sociales se forman a los tres días de edad y duran hasta la edad adulta, según publican los científicos en la revista ‘Cell Reports’.

“Estoy realmente interesado en estudiar el desarrollo de la memoria social –explica el primer autor Blake J. Laham, de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos– que es la memoria que tenemos para otras personas, incluidos ciertos hechos y características sobre ellos”.

Estos primeros recuerdos pueden formar conexiones sociales duraderas que preparan el escenario para interacciones sociales más adelante en la vida. Para comprender cómo y cuándo se desarrollan los recuerdos sociales por primera vez, Laham recurrió a la memoria de los cachorros de ratón sobre sus madres.

Con los ojos y oídos cerrados, los ratones de tres días son rosados, sin pelo y un poco translúcidos, lo suficiente para ver la leche blanca en sus vientres. Aunque los cachorros a esta edad tienen habilidades motoras deficientes, no tuvieron problemas para reconocer a sus cuidadores, probablemente a través de los olores.

Debido a que existe la posibilidad de que los animales reconozcan a su madre biológica basándose puramente en factores genéticos, Laham y sus colegas al nacer colocaron a las crías de su estudio bajo “cuidado de crianza” con una madre de ratón diferente, conocida como la madre cuidadora.

Cuando Laham puso a las crías entre la madre que los cuidaba y una madre ratón sin parentesco, los animales agitaron sus diminutos cuerpos, girando hacia la madre que los crió. Pasaron más tiempo señalando con la nariz a sus cuidadores, una señal de reconocimiento y preferencia.

Los autores encontraron que estos recuerdos para sus madres adoptivas duraron hasta la edad adulta, y los ratones retuvieron la capacidad de reconocer a sus madres incluso después de estar separados durante más de 100 días.

Sin embargo, “existe esta transición de comportamiento realmente fascinante una vez que el animal es destetado –señala Laham–. Cuando el animal ya no depende de la madre que lo cuida prefiere investigar a nuevas madres”. Así, sugiere que los ratones adultos podrían tener más interés en investigar si un ratón desconocido es una amenaza o una pareja potencial.

Para identificar cómo se ven estos recuerdos de sus madres en el cerebro del ratón, los investigadores examinaron una región asociada con la memoria social llamada CA2 en el hipocampo. Descubrieron que las crías de ratón mostraban más marcadores biológicos relacionados con la actividad neuronal en la región del cerebro después de la exposición a sus madres cuidadoras.

Por el contrario, los adultos expresaron más de esos marcadores después de la exposición a nuevas madres, lo que sugiere que CA2 jugó un papel en el cambio de comportamiento.

También encontraron que el cierre temporal de la actividad neuronal en la región CA2 tanto en las crías de ratón como en los adultos afectaba su capacidad para distinguir a sus cuidadores de las nuevas madres. El siguiente paso para Laham y sus colegas es investigar cómo las regiones cerebrales vecinas contribuyen a este fenómeno.

“Nuestra vida está compuesta de recuerdos, pero al final del día, todos nuestros recuerdos que significan tanto para nosotros, que nos motivan, que nos llenan de alegría o miedo, son solo neuronas que se comunican entre sí. Eso es fascinante para mí”, reconoce Laham.

Fuente: Excélsior


Source: Crealo