Adiós al push up del sostén

Ya son varias las marcas que se dieron cuenta de lo siguiente: el mercado de sostenes parecía liderado por hombres que buscaban en sus diseños el agrado masculino, olvidando que son las mujeres las que visten esta prenda desde 1889 (o 1902, según distintas versiones) y en la inmensa mayoría de los casos, los 7 días de la semana, los 365 días del año.

Los alegatos por esta situación no eran pocos: breteles que dejan heridas en los hombros, adornos que se clavan o que se marcan bajo la ropa, etiquetas molestas y una presión que para muchas, hace que la hora de sacarse el sostén sea liberadora.

De ahí que marcas como UNIF (“Ur Not in Fashion”), Negative Underwear, Neon Moon, y The Lonely Girl estén hoy proponiendo un concepto que no es nuevo pero sí trasgresor, ante tanta aceptación de los escotes descomunales: no más push up, adiós al wonderbra.

Se trata de una revolución de lo que alguna vez también fue una revolución. Recordemos que en los años 90, se decía que Eva Herzigova provocaba colisiones de autos si la conocida Miss Wonderbra aparecía en algún anuncio en la vía pública, con su escote bien armado, y la ya clásica frase de “Mírame a los ojos… Te dije que a los ojos”.

Para muchos, significó la democratización del escote; es decir, todas las mujeres, sin importar el tamaño de su copa, podrían lucir uno -“Lo juro, hasta yo logro tener un escote con ellos”, dijo la delgadísima Kate Moss en los 90-, y la misma suerte cayó en el push-up, cambiando por completo el concepto de sensualidad y cómo debía verse correctamente un escote -por más que estos se arreglaran a base de almohadillas para levantarlo-, y siendo Victoria’s Secret y sus “ángeles” los íconos de lo que se considera “una de las grandes invenciones del siglo XX”.

“El sostén con push-up es una prenda adorada universalmente, que provee escote allí, donde antes no había nada”, comenta la crítica de moda Nina García en su libro “Los 100 clásicos de la moda”.

El Universal