El revestimiento de mármol que cubría la tumba de Cristo ha sido retirado por primera vez en siglos en el marco de los trabajos de restauración realizados por un equipo encabezado por Antonia Moropoulou, una experta de la Universidad Técnica Nacional de Atenas.
La losa fue instalada en 1555 por Bonifacio de Ragusa, uno de los más importantes custodios franciscanos, para proteger la reliquia del fervor de los peregrinos, que en ocasiones causaban destrozos en la capilla para llevarse un trozo. La alegada plataforma funeraria se localiza actualmente en el Edículo, una pequeña capilla de mármol en el centro de la rotonda de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Los investigadores han encontrado una gran cantidad de material de relleno bajo un revestimiento de mármol. Sin embargo, los estudios se encuentran todavía en su fase inicial, ha asegurado el arqueólogo de la Sociedad Nacional Geográfica Fredrik Hiebert. “Se llevará a cabo un prolongado análisis científico, pero finalmente podremos ver una superficie de la roca original donde, según la tradición, fue puesto el cuerpo de Cristo”, ha precisado.
El final de las restauraciones del Edículo está previsto para la primavera de 2017. En 2015, el patriarca de Jerusalén, con el consentimiento de los líderes de dos otras comunidades religiosas, ofreció la oportunidad de estudiar la capilla a la Universidad Técnica Nacional de Atenas. El presupuesto de los trabajos supera los 4.000 millones de dólares, una cantidad que han aportado varios donantes, entre ellos el rey de Jordania, Abdalá II.
“Estamos en un momento crítico para la rehabilitación de Edículo. Las técnicas que estamos usando para documentar este monumento único permitirán al mundo estudiar nuestros hallazgos como si ellos mismos estuvieran en la tumba de Cristo”, dijo Moropoulou antes de retirar la losa.
En el siglo IV, el emperador romano Constantino I ordenó encontrar la sepultura que acogió el cuerpo de Jesucristo antes de resucitar. Su madre, Helena, descubrió la tumba de Cristo, la Santa Cruz y otras reliquias cristianas durante su peregrinación a Jerusalén en el año 326.
El primer Edículo fue construido en el año 335. Después de que los musulmanes lo destruyeran en 1009, fue reconstruido a mediados del siglo XI por orden del emperador Constantino IX Monómaco. En 1555 fue reconstruido una vez más, en esa ocasión por el custodio franciscano Bonifacio de Ragusa, pero en 1808 la capilla sufrió un incendio.
El Edículo actual fue reconstruido entre 1809 y 1810 según el proyecto de un arquitecto griego. Durante la reconstrucción usaron como modelo una capilla del monasterio de Nueva Jerusalén, a unos 50 kilómetros al oeste de Moscú. En la iglesia están representadas las cinco ramas de la Iglesia ortodoxa y la Iglesia católica.
El análisis profundo de la roca original permitirá estudiar en detalle el santo sepulcro. Los científicos podrán no solo identificar la forma original de la cámara de la tumba, sino también comprender mejor por qué Helena, madre del emperador romano Constantino, decidió que esta tumba fue la sepultura de Jesucristo después de su crucifixión. Poder llevar a cabo este estudio es muy importante, especialmente teniendo en cuenta que las autoridades religiosas no son muy propensas a dar permisos para que se investiguen reliquias y monumentos.