De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Corea del Sur es el segundo país más desarrollado con altas tasas de suicidio desde 2012, con 29,1 casos por cada 100 mil habitantes, lo que significa que más de 14 personas se quitan la vida anualmente, informó ABC.
Ante la situación, una famosa compañía realizó un experimentó en el que obliga a sus empleados a asistir a su propio funeral y entrar en el ataúd con el objetivo de que valoren más su vida. Qué miedo.
Así, adornados con túnicas blancas, los trabajadores se sientan y escriben testimonios que irán para sus seres queridos; sus “últimas palabras”. Pero la idea de la muerte provoca unas cuántas lágrimas que pronto se convierten en un llanto inconsolable.
El momento cumbre llega cuando se levantan y ven el ataúd que tienen al lado. Se paran un momento antes de entrar y acostarse en su interior, abrazados a una foto de ellos mismos rodeada por una cinta negra. Cierran sus ataúdes por un hombre que representa al ángel de la muerte vestido de negro y con un sombrero de copa. Todo vale para que sepan apreciar más sus propias vidas.