Colorantes alimentarios podrían estar relacionados con la enfermedad inflamatoria intestinal

Ciertos colorantes alimentarios pueden desempeñar un papel en la activación de los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), sugiere una nueva investigación realizada en ratones. El estudio encontró que el colorante alimentario amarillo y rojo podría desencadenar una inflamación intestinal crónica en ratones, pero solo si su sistema inmunológico ya era disfuncional. Los hallazgos deberán investigarse más a fondo, pero algún día podrían tener implicaciones importantes para el tratamiento y el manejo de los pacientes con EII, cuyos síntomas a menudo se desencadenan por alimentos y bebidas específicos.

Las personas con EII desarrollan episodios prolongados de inflamación intestinal, que pueden provocar brotes recurrentes de síntomas como diarrea, fiebre y calambres dolorosos. Las causas exactas de la EII siguen siendo un misterio, pero se sabe que la genética y un sistema inmunológico desequilibrado son los principales impulsores de los síntomas de la EII. Uno de los componentes del sistema inmunológico que a menudo se relaciona con la EII son los niveles más altos de una proteína conocida como interleucina-23 (IL-23), y se cree que varios tratamientos para la EII funcionan reduciéndola, indica Gizmodo.

Investigadores de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai han estado trabajando con ratones hechos para tener el tipo de IL-23 desregulada que se observa en algunos pacientes con EII. Pero su investigación anterior había demostrado que el simple hecho de tener demasiada IL-23 no era suficiente para que los ratones comenzaran a desarrollar colitis o inflamación crónica del colon. Fue solo después de alimentarlos con una cierta dieta que los ratones se enfermaron. Y después de observar partes específicas de la dieta, los investigadores teorizaron que dos colorantes alimentarios comunes, el rojo 40 y el amarillo 6, podrían haber sido los ingredientes instigadores.

Su nuevo estudio, publicado en Cell Metabolism el jueves, parece demostrar que tenían razón. Cuando alimentaron a estos ratones con comida o agua que contenía los tintes, desarrollaron colitis. Pero no se observó un efecto similar cuando alimentaron a ratones de control sanos con estos colorantes o cuando los ratones desregulados fueron alimentados con dietas sin ninguno de los dos colorantes.

“Nuestras observaciones sugieren que los colorantes alimentarios pueden tener un papel en la generación de enfermedades humanas y pueden ayudar a comprender cómo la IL-23 influye en la enfermedad”, dijo a Gizmodo el autor principal Sergio Lira, investigador del Instituto de Inmunología de Precisión en Icahn Mount Sinai, en un correo electrónico. “Sin embargo, queda mucho por hacer para comprender cómo se cruzan exactamente estos factores y si son relevantes en las enfermedades humanas”.

Información de El Imparcial


Source: Crealo