Desde hace una semana, el hogar de la familia Mendoza Guzmán recibe a personas atraídas por la curiosidad en conocer una tortilla de maíz que en el proceso de cocción quedó plasmada una mancha que semeja el rostro de Cristo, informó Excélsior.
Enedina Mendoza Guzmán, acreditó la “aparición” del rostro de Cristo sobre una de las caras de la tortilla, identificadas a nivel local como tlayuda, como una manifestación divina luego de su rechazo en participar en una festividad religiosa.
“Yo estaba haciendo tortillas, como siempre, después del comal la puse a dorar, pero no siguió dorándose; únicamente, en el lugar donde estaba el rostro de Cristo”, resumió.
“Por lo regular –dijo Enedina-, no reviso las tortillas, pero en esta ocasión lo hice, y me sorprendí al ver el rostro divino en la quemadura de la tortilla”.
Al percatarse del hallazgo, ella enseñó la figura a su hermana, Guadalupe, y a su mamá Josefina Guzmán, quienes coincidieron en que se trató de una manifestación milagrosa ante el escepticismo de Enedina.
Desde el 15 de junio a la fecha, la tlayuda pasó a ocupar un lugar en el altar de los santos venerados por la familia, comparte el nicho con la figura del Niño Dios.
Asimismo, refieren que el periodo de caducidad de una tortilla es de tres días, sin refrigeración, pero en este caso, “transcurrió más de una semana, y la tlayuda conserva su olor a maíz cocido”.
Enedina y Guadalupe elaboran de las 7:00 a las 12:00 horas más de 200 tortillas, entre tlayudas y blandas; posteriormente, salen a venderlas a la ciudad de Oaxaca para regresar a casa alrededor de las seis de la tarde. Al día siguiente, su jornada inicia a las 6:00 de la mañana, cuando van al molino a moler el maíz.
Tlalixtac de Cabrera es un municipio conurbado en la capital del estado, se ubica en la zona oriente, la economía de la localidad depende de los ingresos de las mujeres dedicadas a la elaboración de tlayudas, tortillas gigantes -de 30 a 40 centímetros de diámetro-. Las tlayudas son de fama internacional. Son frescas y limpias.