Halloween es el día perfecto para salir de fiesta y, además, permitirte ser quien quieras.
Tomemos unos minutos para conocer los orígenes de todo lo que hacemos cada 31 de octubre, de acuerdo con el sitio Mental Floss:
¿Cómo nació el Halloween?
Todo indica que la tradición tiene su inicio hace miles de años, gracias a los celtas, quienes celebraban una fiesta conocida como Samhain el 31 de octubre, posiblemente, el Año Nuevo celta. Ellos creían que los muertos podían caminar por la tierra en el Samhain y causar travesuras.
¿Por qué nos disfrazamos?
En el Samhain, se debía construir una gran hoguera y ofrecer sacrificios a los muertos, mientras que la gente común se vestía con pieles de animales. Este vestuario se utilizaba para calmar los espíritus o para mezclarse con ellos, a fin de no incrementar su ira.
¿Cómo se convirtió el Samhain en Halloween?
A partir del año 43 de nuestra era, los romanos llegaron a Gran Bretaña y conquistaron gran parte de la población celta, de esta forma los romanos mezclaron dos de sus días de fiesta con el Samhain celta para hacer la conquista más fácil. Uno de ellos era una celebración a los muertos (fácil de mezclar con el Samhain) y el otro era la celebración a Pomona, la diosa de las frutas y los árboles, con lo que, supuestamente, la tradición de morder una manzana se arraigó.
Cuando el cristianismo llegó, surgieron algunos cambios. Los cristianos incorporaron sus propios festejos en el Samhain; así el 1 de noviembre se convirtió en el All-hallow’s day (en español, “día de todos santos”) y el 31 de octubre se convirtió en el All-hallow’s Eve (“Eve”, “víspera” en español). Con el paso del tiempo a la frase All-hallow’s Eve se le añadió una “n” y se convirtió en Halloween.
¿Cómo llegaron las calabazas al Halloween?
Iluminar la noche de Halloween con frutas como la calabaza se remonta a un mito irlandés.
En él un hombre apodado Stingy Jack (o Jack el Tacaño) le pidió un favor al diablo: beber con él. Cuando llegó el momento de pagar, Jack no quería hacerlo, por ello convenció al diablo para que se convirtiera en una moneda y así pudieran pagar en el bar.
Cuando el diablo se convirtió en moneda, Jack lo metió en su bolsillo, que también contenía un crucifijo. La presencia del crucifijo impidió que el diablo recuperara su forma, con lo que Jack obligó al diablo a prometerle que no lo molestaría.
Cuando Jack murió, en el Cielo fue rechazado, por lo que de inmediato el diablo tuvo oportunidad de castigarlo. Así lo condenó a vagar por la Tierra acompañado de una vela encendida dentro de un nabo ahuecado para iluminar su camino.
En algún momento de la historia se retomó el hecho de iluminar las calles con vegetales ahuecados. Pronto las calabazas ganaron popularidad antes los nabos, los betabeles y las papas simplemente porque las calabazas abundaban y además resultaban mucho mejores para tallar.