Un equipo de científicos recupera el primer corazón perfectamente conservado de los restos de un pez de la especie Rhacolepis de 119 millones de años de antigüedad.
El fósil fue hallado unos años atrás en la formación Santana, al noroeste de Brasil, pero sólo recientemente ha revelado su análisis lo que escondía en sus entrañas.
Un informe publicado en la revista Life muestra ahora el corazón fosilizado y perfectamente conservado, con una antigüedad de entre 113 y 119 millones de años, de un Rhacolepsis, un pez teleósteo (de esqueleto óseo) y primo de la mayoría de los peces actuales.
Gracias al uso de microscopía tomográfica de rayos X de fuente sincrotrón, una técnica que permite escanear sin dañarlos fósiles en tres dimensiones, un equipo de investigadores del Laboratorio Nacional de Biociencia de Brasil y unos científicos de Suecia detectaron no solo un corazón, sino también fibras musculares y partes del estómago.
La información obtenida del corazón del Rhacolepis muestra que se encuentra en una etapa intermedia entre aquellos con muchas válvulas (como el pez serpiente calamita, Erpetoichthys calabaricus, que tiene nueve válvulas) y el “modelo” más sencillo de los teleósteos actuales que solo tienen una. El Rhacolepis tiene cinco.
Esto resulta un dato fundamental para alimentar nuestro conocimiento en anatomía comparada, ya que muestra un eslabón entre la configuración más primitiva (muchas válvulas) y la más moderna.
Este hallazgo, por ahora único, contribuye a comprender la evolución anatómica desde un punto de vista nuevo: casi toda la información obtenida hasta la fecha provenía de huesos; ahora también los tejidos blandos, con características evolutivas propias, aportan nuevas enseñanzas.
HispanTV