La mayor esperanza de vida de las mujeres respecto a la de los hombres no es una norma universal, sino que se trata más bien de un fenómeno demográfico relativamente reciente.
Ahora un grupo de científicos estadounidenses afirman haber encontrado la razón de la mayor mortalidad de los hombres en el siglo XX.
En un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los demógrafos analizaron los datos de las personas nacidas entre 1800 y 1935 de 13 países desarrollados.
Como resultado descubrieron que, desde que a principios del siglo XX la mortalidad en ambos sexos disminuyera considerablemente debido a los avances en la economía y la salud, empezaron a perfilarse las desigualdades en la longevidad entre hombres y mujeres.
Los humanos empezaron a vivir más y con menos problemas de salud, lo que resultó en una brecha en la longevidad entre ambos sexos.
Un papel importante en el aumento de mortalidad en los hombres lo tuvo el tabaco, que fue responsable del 30 % de muertes adicionales en los hombres nacidos entre 1900-1935. Sin embargo, incluso sin los perjuicios del tabaco el contraste persiste.
Paradójicamente, la victoria sobre las enfermedades infecciosas peligrosas y las mejoras en la asistencia médica en los países desarrollados derivó en un aumento de la mortalidad masculina, resumen los investigadores.
“Nos sorprendió la forma en que se concentraba la divergencia de la mortalidad entre hombres y mujeres, originada a partir de 1870, en el intervalo que va de los 50 a los 70 años de edad. Una diferencia que se desvanece bruscamente después de los 80 años”, según declaró el profesor Eileen Crimmins, uno de los autores del estudio de la Universidad del Sur de California (EE.UU.).
Nuevos estudios podrían incluir el análisis de la dieta y el ejercicio, las diferencias entre países, el examen más profundo de la genética y la vulnerabilidad biológica entre sexos a nivel celular, así como la relación de estos hallazgos para la salud cerebral en edades más avanzadas.
HispanTV