El pasado tres de septiembre, un trabajador de la empresa de transporte urbano de Calgary, Canadá, se negó rotundamente a manejar un autobús pintado con los colores del arcoiris que promocionaba la fiesta del orgullo gay en la ciudad.
Jesse Rau se ha visto envuelto en diversos comentarios y acusaciones tras su decisión, pues incluso comentó que prefería dejar su trabajo, antes de conducir el bus, pues eso implicaría ir en contra de sus creencias religiosas.
“Siento que la gente de la empresa está ahora en contra de mí, porque me he puesto firme por mi fe cristiana y porque no voy a dejar mis valores espirituales”, declaró. Y agregó que ama su trabajo, pero está dispuesto a sacrificar todo e incluso a sufrir para defender lo que para él es correcto.
Están los fanáticos, y él.
Pues así lo quiso, este 17 de septiembre fue despedido. En la carta que le dieron se lee que Rau es perfectamente libre de expresar sus creencias religiosas. Sin embargo, sobrepasó esta libertad yrealizó comentarios y acusaciones falsas a través de varios medios de comunicación, que claramente ‘ponían a la ciudad en riesgo’.
“Yo sabía que mi trabajo estaría en juego, entonces que me hayan despedido duele, pero como dije desde el principio, sabía que era una opción que estaba sobre la mesa”, dijo.
Por su parte, el pastor Artur Pawlowski externó que está ampliamente orgulloso de la portura del chofer, ya que, según él, ha tenido la valentía de mantener sus convicciones: “Siempre animo a los miembros de la iglesia a ponerse firmes y hacer lo correcto”.
Con información de El Heróico