El Jurásico es el segundo período de la era Mesozoica, ubicado entre el Triásico y el Cretácico. Comenzó hace aproximadamente 201 millones de años y terminó hace unos 145 millones de años. Durante este tiempo, la Tierra pasó por transformaciones geológicas masivas. Sin ir más lejos, en sus inicios la ruptura de Pangea se intensificó. El supercontinente Laurasia se escindió dando lugar a Norteamérica y Eurasia, mientras que Gondwana empezó a despedazarse a mediados del periodo.
La porción oriental, formada por la Antártida, Madagascar, India y Australia, se separó de la franja occidental que acabaría conformando África occidental y Sudamérica.
En los huecos creados por este enorme vaivén continental se colaron nuevos océanos, y la emergencia de cordilleras desde el lecho marino elevó a su vez el nivel del mar, remodelando las costas y empujando el agua hacia los continentes. Así, esta división permitió la formación de nuevos océanos, como el Atlántico, y creó una mayor variedad de hábitats. El clima se volvió más cálido y húmedo, lo que favoreció la proliferación de la vegetación y una biodiversidad sin precedentes. Esta época de cambios marcó un antes y un después en la evolución de la vida.
LOS DINOSAURIOS DEL JURÁSICO
Aunque la creencia más extendida expone que los dinosaurios siempre dominaron la Tierra, la realidad es que su supremacía se consolidó sobre todo a finales del Triásico e inicios del Jurásico, tras una extinción masiva que eliminó a muchos competidores. Durante el Jurásico, los dinosaurios alcanzaron su apogeo, tanto en tamaño como en variedad.
En esta época nacieron algunos de los ejemplos más emblemáticos que conocemos como el Stegosaurus, famoso por sus placas óseas en la espalda y su cola con púas (y que vivió en lo que actualmente es América del Norte), el Brachiosaurus, un saurópodo gigante que podía alcanzar los 25 metros de largo y hasta 16 metros de altura y que se alimentaba con su cuello extremadamente largo de las copas de los árboles; también el Allosaurus, uno de los principales depredadores del período, similar al posterior (y más conocido) Tyrannosaurus rex, aunque más esbelto y ágil. O incluso el Dilophosaurus, uno de los primeros grandes carnívoros, cuya característica más sobresaliente era su doble cresta en el cráneo.
Pero no todos los dinosaurios eran tan grandes. Algunos eran del tamaño de un ciervo y muchos estaban cubiertos de plumas, un rasgo que más adelante daría origen a las aves.
PTEROSAURIOS Y REPTILES MARINOS: LOS AMOS DEL CIELO Y EL MAR
De hecho, a pesar de que los dinosaurios dominaron la tierra durante más de 160 millones de años, no eran los únicos reptiles que reinaban en el Jurásico. En el cielo también volaban los pterosaurios, como el Rhamphorhynchus y el popular Pterodactylus, que no eran dinosaurios sino reptiles voladores.
En los océanos, el protagonismo seguían teniéndolo los reptiles como los plesiosaurios con cuerpos anchos, cuatro aletas y largos cuellos y se alimentaban de peces y ammonites, los ictiosaurios que eran parecidos a delfines o Metriorhynchus, un tipo de cocodrilo marino completamente adaptado al océano de unos tres metros de largo y que habitó las aguas durante el Jurásico Superior.
¿CÓMO ERA LA FLORA DEL JURÁSICO?
El paisaje del Jurásico estaba cubierto por exuberantes y densos bosques de coníferas, helechos, cicadáceas y ginkgos (o árbol de los cuarenta escudos). Las plantas con flores (angiospermas) aún no existían o eran extremadamente raras y, en su lugar, predominaban los gimnospermas, que no tienen fruto pero fueron las primeras plantas terrestres en generar semillas. Gracias a todo este vergel, los herbívoros obtenían alimento. Además, la proliferación de tantas plantas permitió una mayor producción de oxígeno y un efecto invernadero natural que mantenía temperaturas suaves en casi todo el planeta.
LOS PRIMEROS MAMÍFEROS APARECIERON EN EL JURÁSICO
Aunque pequeños y discretos, los mamíferos también hicieron su debut durante el Jurásico. Eran principalmente insectívoros nocturnos, parecidos a musarañas, como Juramaia, descubierto en China, considerado uno de los primeros mamíferos placentarios. Estos pequeños animales ya poseían características modernas como orejas internas desarrolladas y, aunque vivían a la sombra de los dinosaurios, los mamíferos del Jurásico se diversificaron y ocuparon nichos ecológicos importantes, lo que les permitió sobrevivir a la extinción masiva del Cretácico.
Con información de National Geographic
Source: Crealo

