“El caso más extraño de Europa”: el enigma del niño español desaparecido

A finales de junio de 1986 se perdió por completo el rastro de Juan Pedro Martínez Gómez, un niño de 10 años que viajaba con sus padres en un camión cisterna repleto de ácido que volcó en un accidente. Bautizado como ‘el caso de Somosierra’, la Interpol consideró que es “la desaparición más extraña de Europa”, cita RT Noticias a ABC.

El 24 de junio de 1986 Andrés Martínez, su esposa Carmen Gómez y su hijo Juan Pedro salieron en un camión cisterna desde Fuente Álamo (Murcia) para trasladar 25.000 litros de ácido sulfúrico a una empresa petroquímica de Bilbao. Desde ese día, hace más de 29 años, nunca se volvió a saber nada del menor, informa el diario ‘ABC’.

Se trata de uno de los sucesos más misteriosos de la historia reciente de España y la Interpol llegó a estimar que era “la desaparición más extraña de Europa”.

¿Disuelto en el ácido?

A la altura del kilómetro 94,400 de la carretera N-1, el camión cisterna volcó a gran velocidad. Cuando la Guardia Civil llegó al lugar, encontró entre el amasijo de hierros los cadáveres de los padres del menor, ya deteriorados por el vertido de ácido sulfúrico fumante. Los agentes no supieron que con ellos viajaba un niño hasta que la abuela del menor les preguntó, entre lágrimas: “¡Por favor, díganme que al menos mi nieto se encuentra bien!”. En ese momento, los guardias entendieron por qué en el interior de la cabina había cassetes y ropa infantiles.

Los miles de carteles que se repartieron, el detective privado contratado por la familia y las investigaciones policiales no lograron obtener el paradero del menor. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) descartó la hipótesis que apuntaba que el cuerpo de Juan Pedro se disolvió en el ácido, ya que el tiempo transcurrido entre el accidente y la llegada de las autoridades fue demasiado corto como para que no quedaran, al menos, restos óseos.

Los marcadores del tacómetro registraron como última parada previa a la catástrofe el mesón Aragón, en las faldas del puerto de Somosierra. Tras ello, los registros indicaron que Andrés aceleró hasta alcanzar los 120 kilometros por hora y perdió el control del vehículo. Algunos testigos declararon que, en el momento del accidente, vieron que un hombre y una mujer salieron de una furgoneta, en la que esperaba otra mujer de avanzada edad, que se podrían haber llevado al niño.

Entre la gran cantidad de testimonios que registró la Policía destaca el de un profesor de autoescuela madrileño, quien aseguró que una anciana ciega de nacionalidad iraní entró en su local para preguntarle por la embajada de Estados Unidos. Al parecer, la mujer estaba acompañada por un niño que la guiaba y que, según el hombre, hablaba con un acento similar al andaluz y parecía desorientado.

Asimismo, en el marco de las investigaciones se descubrieron restos de heroína en la cabina del camión cisterna, circunstancia que disparó las teorías relacionadas con el crimen organizado y la implicación de mafias.