Estafadora convertía quesos en cosméticos

Prometía convertir quesos en cosméticos y, en el camino, importantes ganancias para miles de personas en México, Perú y Chile, defraudadas en una estafa piramidal que la francesa Madame Gil convirtió casi en un arte.

Gilbert van Erpe es hoy una sexagenaria de débil salud, motivo por el cual ha logrado que el proceso judicial que iba a abrirse en Francia por estafa haya sido retrasado hasta el verano.

Un accidente cerebral la salvó de acudir esta semana a la apertura del proceso que, sin la principal acusada, fue retrasado al 8 de junio próximo.

Pero, para los perjudicados por su fraude, ya es una primera victoria que un tribunal francés juzgue a Madame Gil, nombre con el que esta francesa logró embaucar a multitud de mujeres para cimentar un fraude que supera los 15 millones de euros.

Nacida en Jordania, Van Erpe se crió en África, en particular en la República Centroafricana, donde su hermana Astrid fue la primera de las siete esposas del emperador Bocassa.

Fue en ese continente donde conoció esta estafa piramidal que durante años hizo en Sudáfrica.

Antigua vendedora de cosméticos, Van Erpe creó un negocio que vendía como redondo: las mujeres compraban un producto lácteo que debían fermentar en su casa, fruto de lo cual surgía un cosmético que su misma empresa se comprometía a adquirir con una ganancia del 100 por ciento.

El método funcionó en un primer momento, antes de que se desmontara el fraude y las autoridades chilenas incautaran toneladas del producto, maloliente, en un almacén de las afueras de Santiago de Chile.

Van Erpe acusó a su socio, el chileno Víctor Mella, de no haber respetado sus compromisos de compra del producto, pero para entonces la Justicia de ese país ya había comprobado la estafa: el producto vendido a las mujeres valía diez veces menos de lo que cobraban por él y el “queso” resultante no tenía ningún efecto cosmético.

Los afectados iniciaron una carrera procesal contra Madame Gil hasta que lograron que la Justicia francesa abriera un proceso.

 

Agencias