¿Existía un lago en Marte como los de la Tierra?

Hace aproximadamente 3600 millones de años, el impacto de un meteorito excavó un cráter de más de 150 kilómetros de diámetro en el ecuador marciano.

El cráter, denominado Gale, exhibe en su centro una enorme montaña de 5,5 kilómetros de altura. Poco después de la formación del cráter, el aporte fluvial desde terrenos circundantes lo llenó de agua, formándose un lago con una gran isla central que se mantuvo estable posiblemente durante algunas decenas de millones de años.

El rover ‘Curiosity’ nos ha ayudado a determinar que el lago del cráter Gale era de agua dulce y no particularmente ácida, que contenía todos los ingredientes básicos que forman la estructura química de los seres vivos, y que tenía fuentes de energía.

En un nuevo estudio publicado el jueves se definen las condiciones geoquímicas que prevalecían en el lago: el agua estaba estratificada, presentando características químicas y físicas distintas entre el agua superficial y el agua más profunda.

Esta caracterización de la química del antiguo lago en función de su profundidad se ha conseguido gracias al análisis de una secuencia sedimentaria de unos 100 metros de espesor en Gale, llevado a cabo por ‘Curiosity’ durante sus primeros 1.300 soles (días marcianos) de actividad.

El rover analizó sedimentos situados en dos tipos de localizaciones diferentes: unos cerca del borde exterior y de la montaña central del cráter, donde ‘Curiosity’ ha identificado materiales con morfología fluvial y deltaica, resultado de la sedimentación en la zona costera y menos profunda del lago; y otros en la parte media del cráter, formados por sedimentación en la zona más profunda del lago.

Las rocas depositadas cerca de la desembocadura de los ríos presentan una estratificación más gruesa, y son ricas en arcillas, hematita y otros óxidos de hierro, productos típicos de la sedimentación en entornos oxidantes; mientras que las rocas analizadas en el fondo de Gale forman láminas mucho más finas con abundante magnetita y silicio y carentes de óxidos de hierro y arcillas, características de deposición en ambientes anóxicos.

La formación de estas capas tan distintas indica diferencias notables en los procesos de sedimentación: o bien las condiciones geoquímicas del lago fluctuaban en el tiempo, o bien eran distintas en unos lugares y en otros. La evidencia recogida por ‘Curiosity’ apunta claramente a un lago estratificado, con una discontinuidad entre las aguas superficiales, hasta los 4 metros de profundidad, y las más profundas. En el lago de Gale, el agua superficial era más rica en oxidantes que el agua profunda.

Este tipo de estratificación es muy común en los lagos de la Tierra, y ahora se ha identificado por primera vez en un lago que existió hace miles de millones de años en otro mundo. La diversidad de entornos que ofrece un lago con estas características hubiera proporcionado múltiples oportunidades para la existencia de diferentes tipos de microorganismos; obviamente para todos aquellos que prefieren condiciones más o menos oxidantes, pero fundamentalmente para aquellos que son capaces de obtener energía en la interfase entre ambos entornos geoquímicos.

Fuente: HispanTV


Source: Crealo