El creador del icónico monumento parisino, Gustave Eiffel, se dio un lujo único al construirse un departamento con una locación insuperable: el tercer piso de la Torre francesa.
En 1889, el ingeniero civil sorprendió mundialmente con la develación de la Torre Eiffel en la Feria Mundial de París, lo que pocos saben es que Gustave era la única persona en el mundo con un espacio privado en el que compartía con sus amigos científicos la oportunidad de tener una charla o hasta una fiesta en tan exclusivo sitio.
Imágenes y testimonios de la época muestran que el decoro del lugar era simple, elegante y discreto; y al saberse su existencia las altas esferas de la socialité francesa se peleaba el inmejorable departamento. Eiffel recibió decenas de propuestas para rentarlo, todas ellas declinadas.
Eiffel siguió viviendo solo en el lugar hasta su muerte. Uno de los personajes que visitó el sitio fue Thomas Alva Edison, quien regaló a Eiffel un fonógrafo.
El lugar fue cerrado al público por años y en estos días fue reabierto por primera vez, convirtiéndose en una atracción turística más de una ya impactante ciudad.