Por las calles del centro y la periferia de Abiyán no hay ni un minibús que no haya pasado por el taller de Mustafa Abdul Karim Coulibaly, un artista local conocido por sus grafitis, informó la Agencia Notimex.
Mustafa es capaz de reproducir en la carrocería de cualquier tipo de vehículo todo tipo de imágenes. Los personajes más populares que le piden son futbolistas, cantantes y políticos de todo el mundo.
Por las calles de Abiyán, la caótica capital económica de Costa de Marfil, circulan continuamente varios miles de microbuses con coloridos diseños aerografiados en la puerta trasera o en el lateral.
Es difícil, por no decir imposible, que los propietarios de estos vehículos no hayan recurrido a Mustafa Abdul Karim Coulibaly, de 36 años, artista de toda la vida, para hacer las vistosas decoraciones.
“Puedo decir con toda seguridad -afirma con gran satisfacción- que el 90 por ciento de los minibuses y otros vehículos con grafitis de la ciudad han pasados por mis manos”.
El taller de Mustafa está situado en el popular y central barrio de Yopougon. Con pocos metros cuadrados, se trata de un cobertizo de madera lo suficientemente grande para que aparque el vehículo en el que trabajará y una cabina que hace las funciones de oficina.
Dispersos aquí y allá, por todas partes, hay latas de pintura, disolventes y ácidos. A Mustafa le echan una mano tres jóvenes asistentes, cada uno con su propio uniforme y su nombre escrito en el bolsillo del pecho.
“Este es mi cuartel general -explica Mustafa, que acaba de cumplir 36 años-, y no tengo ninguna duda de que estos chicos que me ayudan llegarán a ser grandes artistas. Vienen de la calle, trato de enseñarles un oficio, un bonito oficio”.
El taller se llama Hamed Decor, y toma el nombre del anciano padre de Mustafa. “Fue él quien lo fundó -continúa- hace casi 30 años. Mi padre fue y es un artista 360 grados, experto en pintura, yoga y masajes de la tradición marfileña. Y es también muy bueno pintando carrocerías. Cuando tengo dudas acerca de algún trabajo todavía recurro a él”.
Mustafa sigue: “Cuando era todavía un niño decidí dejar la escuela y apoyar a mi padre en el trabajo. Él ha sido mi verdadero maestro. La pintura es mi vida, y soy feliz de haber tomado esa decisión, que me permite vivir serenamente sin que les falte de nada a mi esposa y mi hijo”.
“Mi fama en Abiyán aumenta, y eso significa que estoy haciendo un trabajo de calidad. A menudo me llaman en las escuelas de arte para hacer pequeñas demostraciones. Mi padre está muy orgulloso de mí”, añade.
Los comentarios sobre las habilidades y los competentes precios del taller Hamed Decor corren más rápido que los minibuses por Abiyán. El número de clientes está aumentando día a día, y a menudo dejan que Mustafa improvise sobre el tema que dibujará en la carrocería de sus vehículos.
Los precios varían dependiendo del tamaño y la complejidad de los grafitis: pueden ir desde los mil pesos para decorar el capó trasero a los cuatro mil pesos para pintar toda la carrocería.
Lo que más le piden a Mustafa son escudos de los equipos de fútbol europeos, como el Barcelona, el Real Madrid o el Chelsea, y jugadores de fama internacional como Cristiano Ronaldo, Lionel Messi, Neymar, Zlatan Ibrahimovic, Paolo Maldini, Mario Balotelli y Giovani dos Santos y los héroes nacionales Didier Drogba y Yaya Toure.
También le piden que pinte cantantes de hip-hop estadunidenses de la talla de Jay-Z, Dr. Dre, Nas, 50 Cent y Snoop Lion, o músicos locales tales como Tiken Jah Fakoly y Alpha Blondy.
No falta, tampoco, quien le pide políticos y hombres de negocios como el Che Guevara, Barack Obama, Silvio Berlusconi, Nicolas Sarkozy, el presidente marfileño Alassane Ouattara, y el magnate Carlos Slim.
“Según muchos -concluye Mustafa, mientras demuestra sus habilidades en un lienzo reproduciendo un retrato de Bob Marley-, hacer grafitis en minibuses, taxis y vehículos particulares es un arte menor, de segunda o tercera categoría”.
“No estoy en absoluto de acuerdo. A los marfileños nos gusta decorar nuestros vehículos, hacerlos alegres. Es algo que pertenece a nuestra jovial cultura. Mis obras, dando vueltas día y noche sobre cuatro ruedas por las calles de la ciudad, son visibles para todos, desde el más pobre hasta el más rico. Puedo decir que tengo la suerte y el honor de exponer en una exposición permanente e inmensa que se llama Abiyán”, asegura.