Una mujer que trabajaba como madam en un burdel y que practicaba ilegalmente la “escultura corporal” fue sentenciada el jueves de 10 a 20 años de prisión después que murió una bailarina tras inyectarle casi medio galón de silicona en los glúteos.
Padge-Victoria Windslowe dijo a los jurados durante el juicio que sus clientas la llamaban “la Miguel Ángel de las inyecciones en los glúteos”. Pero la fiscalía dijo que carecía de instrucción médica y que usaba productos mortíferos en mujeres vulnerables, incluso colegas de la comunidad transexual que deseaban curvas.
La juez le dijo que era una narcisista que buscaba fama y fortuna pero que asumía un comportamiento infantil cuando las cosas no le salían. “No creo que usted sea malvada”, le dijo la juez Rose Marie Delfino-Nastasi, “sino que no creía que debía seguir las reglas de la sociedad… como lo demostró en el tribunal”.
La magistrada dijo que era preocupante que Windslowe hubiera reanudado la aplicación ilegal de inyecciones de silicona después que la británica Claudia Aderotimi murió en 2011. Aderotimi, bailarina y universitaria de 20 años, y una amiga viajaron Filadelfia para que Windslowe la tratara en un hotel del aeropuerto.
Windslowe llegó con su instrumental: una botella de agua llena de silicona líquida, una taza de plástico, agujas y jeringas, y una goma de pegar para cerrar las heridas. Pero al parecer pinchó una vena cuando le inyectó a la bailarina. La silicona barata le inundó los pulmones y murió horas después.
Windslowe vivió a escondidas durante varios meses, pero reanudó su tarea y dejó a una bailarina con problemas respiratorios de por vida. En otras partes de Estados Unidos, varias mujeres murieron y otras han quedado lesionadas por inyecciones similares.
Windslowe, de 45 años, trabajó en un servicio de acompañantes transexuales y desempeñó el papel de “Black Madam” en algunos videos. Dijo que recibió inyecciones de silicona cuando era más joven y que después ella misma se inyectó e inyectó a otras.
Información de Agencias