Una de las preguntas recurrentes en todo aquél que allá leído o visto una obra donde aparezca Superman, es por qué nadie reconoce a Clark Kent como el Hombre de Acero, si simplemente se pone unas gafas y a veces se cambia el peinado, informó Gizmodo.
A lo largo de la historia se han dado varias explicaciones en la ficción; sin embargo, ninguna es del todo satisfactoria. Bueno, para arreglar un poco el asunto, Robin Kramer y Kay Ritchie, psicólogos de la Universidad de York, hicieron un estudio donde demostraron que el simple hecho de portar unos anteojos puede cambiar nuestra capacidad de reconocer a los otros.
Para esto, varios voluntarios observaron detenidamente una serie de fotos donde la misma persona; primero se mostró una serie donde tenía lentes, luego otras donde no los portaba (también estaba en un perfil diferente). Al finalizar, se tomaban dos imágenes donde la persona portará lentes, pero estuviera en un perfil diferente y se preguntaba si era la misma; el 80% acertó en su respuesta. Sin embargo, el porcentaje bajó de manera significativa cuando se les mostró una foto con anteojos y otra sin ellos en diferente perfil.
Con esto, demostraron que los cambios mínimos pueden afectar la apariencia de una persona, haciéndola indetectable a simple vista; como el buen Superman lo ha demostrado a lo largo de sus más de 75 años de historia. Sin embargo, señalan que esto sólo funciona si no se tiene una relación constante con el involucrado, en caso contrario, este “disfraz a simple vista” no funciona; en otras palabras, la gente de Metropolis bien podría pasar de largo ante el hijo de Martha; pero la gente como Jimmy Olse, Lois Lane y Lex Luthor debieron de haberse dado cuenta desde hace años.