Gemma Wale, de Birmingham, fue condenada a dos semanas de prisión luego de que una juez concluyera que le mujer tuvo un “comportamiento antisocial” al gritar y gemir a un volumen alto cuando sostenía una sesión de sexo.
Los vecinos de la indiciada se quejaron ante la corte debido a que la mujer “no los dejaba dormir”, pues a altas horas de la madrugada la mujer gritaba “muy fuerte” al tener sexo.
La jueza Emma Kelly dijo que también había violado una orden, que la obligaba a no hacer ruidos fuertes durante la noche, discutiendo con su novio, insultando a un vecino, “golpeando alrededor de la casa” y “corriendo en la propiedad”.
“Gemma empezó a gritar y a gemir mientras tenía sexo, lo que nos despertó a las 5:00 de la mañana”, relató un vecino. “Los gritos y el escándalo duraron al menos 10 minutos”.
La jueza concluyó que la mujer era culpable y la sentenció a dos semanas de prisión.
Agencia EFE