Observó la telefoto y su reacción fue inmediata: levantó las manos, su mirada se fijó en el círculo de ese objeto largo que le apuntaba, se mordió los labios. Un click capturó la imagen de la pequeña Hudea.
Pero la historia de esta pequeña de cuatro años va más… es un reflejo de la situación que viven miles de refugiados, al momento la ONU contabiliza 10 millones y 200 mil muertos.
Hudea junto con su madre y dos hermanos son una familia de desplazados por la guerra. Hama, la ciudad donde residían ya no es segura, se escuchan ráfagas, lanzan granadas. Historias sobre matanzas surgen de sus alrededores, apenas el pasado 31 de marzo, el Estado Islámico masacró a 37 personas.
Hama ya no era segura, por lo que la familia de Hudea decidió emprender un recorrido de 150 kilómetros hacía la frontera con Turquía, en el campo de refugiados de Atmeh, documentó la BBC.
Osman Sağırlı, un fotógrafo turco que ahora trabaja en Tanzania, detalló el momento en que tomó la foto.
“Estaba usando un teleobjetivo y ella pensó que era un arma. Me di cuenta de que estaba aterrada después de sacar la foto porque se mordía el labio y tenía los brazos en alto. Normalmente los niños huyen, se tapan la cara o sonríen cuando ven una cámara”.
Se indicó que la foto fue “publicada por primera vez en el diario Türkiye, en enero, donde Sağırlı ha trabajado durante 25 años, cubriendo guerras y desastres naturales fuera de su país”.
Fue compartida a través de Twitter por @NadiaAbuShaban y encontró eco en Occidente.
Agencia EFE