Nuestros cerebros funcionan de maneras únicas, y la forma en que cada uno de nosotros piensa está influenciada por nuestras experiencias y recuerdos. Esto resulta en diferentes patrones de actividad cerebral, si los neurocientíficos pueden aprender los patrones de un individuo, pueden ser capaces de descifrar ciertos pensamientos en el cerebro de esa persona. En teoría, podrían utilizar la actividad cerebral de otra persona para activar estos pensamientos.
Hasta el momento, los investigadores han logrado que dos personas, sentadas en diferentes salas, jueguen un juego de 20 preguntas en una computadora. Los participantes transmitieron respuestas “sí” o “no”, gracias a unas gorras de electroencefalografía que controlaban la actividad cerebral, con una técnica llamada estimulación magnética transcraneal que desencadenaba una corriente eléctrica en el cerebro de la otra persona. Con la cuál puede ser posible detectar ciertos procesos del pensamiento, y utilizarlos para influenciar los de otra persona, incluyendo las decisiones que toman.
Incluso, en un estudio tres monos fueron capaces de pensar juntos para mover un brazo robótico. Esto permitiría compartir los pensamientos con otras personas.
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