El molesto ruido de una furgoneta fue la razón por la que un vigilante penitenciario mató este domingo a cuatro personas en una localidad del sur de Italia, según se supo hoy al conocer detalles de su confesión.
El detenido, Luciano Pezzella, admitió que le “molestaba”el vehículo aparcado frente a su casa, que “hacía mucho ruido”, según informaron medios italianos.
Franco Pinestro, el dueño de la furgoneta, es una de las víctimas, mientras que las otras tres son padre, madre e hijo de la familia Verde, vecinos de Luciano Pezzella, el vigilante que usó su arma reglamentaria ayer para dispararles durante el litigio por el aparcamiento.
Según declaró Pezzella, habitante de la localidad Trentola Ducenta (en la provincia de Caserta, cerca de Nápoles, en el sur de Italia) tras el interrogatorio con la policía, les mató para defenderse de “una agresión”.
“He sido amenazado y tenía miedo de que me pudiera pasar algo”, dijo tras haber sido inculpado por homicidio voluntario.
Los hechos ocurrieron el domingo por la mañana, cuando Pinestro, conductor de la furgoneta que venía a recoger unas cajas para su frutería, aparcó el vehículo frente a la casa de Pezzella y de la familia Verde, donde vivían el padre Michele, la madre Enza, y el hijo Pietro con su novia Antonella.
Pezzella, que se entregó a la policía minutos después de haber cometido el cuádruple asesinato, explicó que les pidió que movieran la furgoneta, pero que “fue amenazado” por su vecino Michele Verde y por Pinestro, y como “tuvo miedo”, fue a coger su pistola y les disparó a todos.
Minutos después de haber disparado contra sus vecinos, Pezzella se dirigió a comisaría, donde se entregó diciendo que había “cometido una masacre”.
Según recoge el diario italiano Il corriere della sera, Pezzella ya había tenido otras veces problemas con sus vecinos, pero no se había interpuesto ninguna denuncia.