Çilem Doğan es turca, tiene 28 años y, durante su vida de casada, solo conoció el abuso por parte de su marido, Hasan Karabulut. Ella se divorció, pero el hombre no quiso dejarla. Hace poco la buscó y volvió a maltratar, quería que se fuera a otra ciudad a trabajar como prostituta. En medio de los golpes, no se dio cuenta que su ex esposa, a quien consideraba más objeto que persona, sacó una pistola. Seis balas en el pecho acabaron con el abusador y llevaron a la asesina a la cárcel. Ella no se arrepiente de nada.
“¿Las mujeres siempre morirán? Dejemos que algunos hombres mueran también”, indicó como forma de defender su comportamiento. Además en una de las fotos captadas por la prensa aparece con ambos dedos levantados, señal de la éxito.
Ella también aparece con una blusa con este mensaje de motivación: “Querido pasado, gracias por todas las lecciones. Querido futuro, estoy lista”.
Turquía es uno de los países donde más mujeres mueren a manos de sus maridos o compañeros sexuales, al punto de que desde el 2011 la cifra de muertes aumentó en un 1400 porciento.
AGENCIAS