Una monja de unos 70 años fue violada el sábado por un grupo de ladrones en una escuela de misioneros cristianos en el este de India, luego que la religiosa trató de evitar que cometieran un robo, informó la policía. La agresión, ocurrida en la madrugada, fue el último delito del flagelo de la violencia sexual en el país.
La monja fue hospitalizada en estado grave, informó un policía. El ataque fue cometido porsiete u ocho ladrones en la escuela del Convento Jesús y María en el distrito de Nadia, 80 kilómetros al noreste de Calcuta, la capital del estado de Bengala Occidental, agregó el agente.
Los hombres huyeron pero la policía ya desplegó un operativo para encontrarlos.
Los ladrones ataron a los guardias de la escuela y entraron la madrugada del sábado en la habitación de las monjas, donde dormían. Se llevaron a una de las monjas a otra habitación cuando ella trató de bloquearles el camino y luego la violaron, dijo el policía. Agregó que lareligiosa atacada tiene 71 o 72 años y es la monja de mayor edad de la escuela.
El agente dijo que los delincuentes escaparon con algo de dinero, una computadora portátil, una cámara y un celular, todo ello propiedad de la escuela.
También saquearon la capilla de la escuela y artículos sagrados, dijo el arzobispo de Calcuta, Thomas D’Souza, citado por la agencia de noticias Press Trust of India.
Decenas de estudiantes, padres y maestros reaccionaron furiosos cuando al difundirse la noticia ybloquearon una carretera y una línea férrea cercanas durante varias horas para exigir que la policía arreste a los culpables.
Mamta Banerjee, el máximo funcionario electo del estado, condenó el ataque y ordenó una investigación policial de alto nivel. D’Souza pidió a la gente que mantenga la paz y la armonía en la zona.
India tiene una larga historia de impunidad a la violencia sexual, pero todo el país reaccionó indignado a una violación en pandilla en diciembre de 2012, que ocurrió a bordo de un autobús en movimiento en Nueva Delhi contra una mujer de 23 años, que murió.
La protesta llevó al gobierno federal a aprobar rápidamente una legislación que duplicó a 20 años las penas de cárcel para los violadores y que penalizó el voyerismo, el acecho y la trata de mujeres. La ley también tipificó como delito cuando la policía se niegue a abrir un caso en caso de denuncia.