Katniss, una felino rojiza que al parecer reside en Rusia, se encontraba a la intemperie junto con un perro que le es familiar, además de su dueña, durante un paseo de rutina.
La nieve cubría los suelos y Katniss pisaba con sus patitas el frío terreno. Mientras tanto su hermano perro jugaba y brincaba, acercándose para olerla y hasta empujarla. En eso el can decidió darle una especie de zape con la pata delantera, y acto seguido, la gata probaba el frío con su rostro.
Pobre Katniss, su hermano le enseñó la nieve de cerca, sólo para alejarse divertido tras cometer su fechoría. Y Katniss se hallaba de igual forma: despistada. La nieve quizá aún le parezca extraña, tal vez nunca deje de serlo. Pero ya crecerá y podrá jugar con ella, y tal vez, devolverle el gesto a su familiar perro.
Fuente: Sin Embargo