Tomar la decisión de casarse no es nada fácil, sobre todo para los hombres quienes son los que comúnmente se animan a hacer la propuesta. Como si tener el valor de dar el gran paso fuera poco, es costumbre entregarle a la novia un anillo de gran valor, y muchos chicos ahorran durante mucho tiempo o piden préstamos para comprar el perfecto, así que nadie espera que algo pueda salir mal; excepto que lo rechacen o nunca llegue el anillo, y en este caso fue lo segundo.
Nicholas Buttle es de Australia y se encuentra enrollado en un juicio por un anillo de compromiso que jamás llegó. Compró la joya personalizada con un costo de 1.100 dólares, pero la empresa no se lo envió debido a un error: en realidad costaba 34 mil dólares.
La empresa especializada en anillos de compromiso, Royal Diamonds, ofrece la posibilidad de elegir cada aspecto de la joya y personalizarla tanto como el cliente desee.
Primero la argolla, y luego el diamante.
Bettle contactó a la empresa y combinó la argolla con un diamante de 1.100 dólares que llegaría a tiempo para pedir la mano de su novia, sin embargo, la empresa no lo envió jamás. Esperó algunos días y llamó para saber el estado de su pedido, pero se enteró que su compra no pudo ser efectiva ya que el diamante en cuestión valía 34 mil dólares; muchísimo más de lo que había presupuestado. La empresa comunicó que se había tratado de “un error de tipeo”. A Nicholas le pareció que la actitud de la empresa fue muy irresponsable, sobre todo por que venden “joyas importantes” e inició una demanda.
El director, quien prefirió mantenerse anónimo, señaló a un medio australiano que esta demanda terminaría por destruir a la compañía y que trataron de negociar con Bettle. “Le ofrecimos hacer un nuevo anillo de igual o mayor precio, pero no aceptó”.
Las autoridades aún no cierran el caso y ambas partes siguen en juicio, por lo que no se sabe en qué terminará todo el asunto. La buena noticia, es que la novia de Nicholas seguramente aceptará ser su esposa al finalizar este lío y él se convertirá en un ejemplo para los consumidores insatisfechos.
Yo habría hecho lo mismo que él. Si no te atienden bien, hay que quejarse.
Información de: UPSCOL