“¿Fumas?… “Muy poco, sólo cuando voy a fiestas o echo un trago con los amigos”. Esta es una de las respuestas más comunes que solemos escuchar cuando preguntamos a alguien si fuma o no, personas que han sido etiquetados como los famosos “fumadores sociales”, pero ¿qué es lo que genera en nuestro organismo esa necesidad o ‘antojo’ de un cigarro, cuando estamos tomando?
Sopitas reveló que La Universidad de Missouri ha publicado esta semana un informe en el que explora la correlación que existe entre la nicotina y el alcohol.
Una de las conclusiones a las que se llegó sobre este tema, es que uno de los efectos adversos del consumo del alcohol, es la somnolencia, sin embargo, cuando el alcohol se mezcla con nicotina, se convierte en un estimulante que nos alienta a seguir despiertos, fumando y bebiendo.
De la misma forma, este estudio afirma que si una persona fuma, es mucho más propensa para consumir más alcohol, mientras que una persona que consume regularmente alcohol, es mucho más propensa a fumar, generando una correlación en la que el alcohol y nicotina se alimentan mutuamente.