Aunque lo neguemos, hay algo de placentero cada que vemos este tipo de videos y la razón la debemos a la ciencia del disgusto.
Daniel Kelly, autor del libro “Yuck!: The Nature and Moral Significance of Disgust” explica que sentir repulsión es el método que los humanos usamos para mantenernos a salvo de contagios, infecciones y enfermedades.
Es esta repulsión y disgusto por ciertas cosas las que han hecho que los humanos creemos morgues para los muertos, hospitales para los enfermos y centros de saneamiento para protegernos de la basura.
Es esa desensibilización la que nos ha permitido poder ver videos e imágenes repugnantes sin sentir asco ni temor.
Los humanos disfrutamos ver imágenes y situaciones de peligro sin necesidad de que esto atente contra nuestra seguridad:
Las sensaciones negativas son interesantes, particularmente cuando estás en un contexto en el que sabes que nada malo puede pasarte”: Nina Strohminger, autora de “The Hedonics of Disgust”.
Otra razón, de acuerdo con la doctora Sandra Lee, famosa youtuber que se dedica a exprimirse barros y puntos negros de la cara, y que tiene más de 144 mil seguidores (ya se, es grotesco), explica que sus usuarios recurren a sus videos porque experimentan placer y pueden dormirse con más facilidad (what?).
Lee explica que la mayoría de sus usuarios son propensos a experimentar la Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (ASMR por sus siglas en inglés); una sensación de hormigueo placentero que las personas experimentan con ciertos lugares, sonidos y olores.
Información de: Excélsior