La configuración del mundo cambia mucho de las personas creyentes a las que no creyentes. No sólo para un sector tienen sentido las cadenas de oración y para el otro no; las diferencias entre ambos han llegado a causar la muerte de muchas personas a lo largo de la historia. Esta vez, la ciencia, archienemiga de la religión, nos cuenta que una de estas diferencias es que los creyentes tienen un entendimiento pobre del mundo; ahondaremos más en el significado de esto a continuación. Informó el portal de noticias Animal Político.
Investigadoras de la Universidad de Helsinki compararon creyentes en Dios o en lo paranormal con personas con autismo, ya que ambos luchan para entender la realidad del mundo a su alrededor.
Lindeman y Svedholm-Häkkinen reunieron a 258 personas para saber qué tanto estaban de acuerdo con la existencia de un “Dios amoroso, omnisciente y todopoderoso” y si creían en fenómenos paranormales como la telepatía y las visiones del futuro. Después compararon sus respuestas con otros factores como calificaciones y resultados de distintos cuestionarios.
Entonces, ¿cómo o qué ven de manera distinta?
El estudio de las investigadoras finlandesas Marjaana Lindeman y Annika Svedholm-Häkkinen descubrió las creencias religiosas están ligadas a un pobre entendimiento del mundo físico.
Los creyentes tienden a otorgar cualidades mentales (es decir, humanas, porque tienen pensamientos y espíritu) a fenómenos físicos y biológicos como volcanes, flores, piedras, etc. También son más propensos a pensar que los objetos inanimados como metal, aceite o ropa, pueden sentir y pensar.
Digamos que creen en y están de acuerdo con oraciones como “Las piedras sienten frío”
“Los participantes entre más creían en fenómenos religiosos o paranormales, peores eran sus habilidades físicas y sus calificaciones en matemáticas, física, etc.; igualmente, su conocimiento de los fenómenos físicos y biológicos era muy bajo y consideraban objetos inanimados como portadores de características mentales.”
Esta falta de entendimiento del mundo físico provoca que le otorguen cualidades humanas a todo el universo y esto resulta en la creencia de demonios, dioses y otros fenómenos sobrenaturales.
Las investigadoras indican que la confusión entre cualidades físicas y mentales “también es característica de civilizaciones antiguas y de niños pequeños.”
Pero el que ríe al último…
Estudios previos han sugerido que las personas religiosas tienden a tener un coeficiente intelectual bajo y son más propensas a creer literalmente en lo que se conoce en el mundo científico como oraciones estúpidas: “La Tierra quiere agua” o “Todo pasa por una razón”.
Sin embargo, resulta que estas personas también son más felices y se sienten más satisfechos con la vida que los no creyentes. También suelen ser más generosos y confiables.
Y, entonces, ¿tú estás feliz o entiendes cómo funciona el mundo?