Washington, D.C., Estados Unidos.-Resulta que los estadounidenses no han tenido nunca una mujer en sus billetes en circulación. El dinero más famoso del mundo pertenece en su totalidad a prohombres e impone la condicion de que estos estén muertos.
Excepto por la salvedad -no de carne y hueso- de Lady Liberty en las monedas del siglo XIX -también hubo algunas, muy pocas, con la efigie de Sacagawea o Susan B. Anthony-, el pueblo americano carece en sus divisas de una Rosalía de Castro o una Isabel La Católica (como tuvo España cuando existía la peseta).
Puestos a romper techos, cuando para el año 2020 puede -solo puede- que una mujer intente renovar su mandato como presidenta de Estados Unidos, puede también que el billete de 20 dólares lo protagonice una mujer. La fecha no es casual ni tampoco ha sido elegida para una eventual celebración de los cuatro años de Hillary Clinton en la Casa Blanca. En 2020 se cumplirá el centenario del sufragio universal en Estados Unidos, lo que aporta todavía más carga significativa a la reivindicación. Desde 1929 no ha habido cambios en el dinero americano.
Todo empezó cuando hace unos años, Barbara Ortiz Howard, contratista de obras, sintiéndose en minoría en un negocio dominado por hombres, se dio cuenta de que incluso en el mismísimo dinero que manejaba cada día las mujeres estaban en desventaja representativa. Howard hizo entonces los que se hace ahora: mandar un correo electrónico con copia a todas sus amigas, conocidas y clientas en el que, además de manifestar su disconformidad, les preguntaba que si tuvieran que poner una mujer en los billetes a quién pondrían. Como los billetes son los que son y hay los que hay (11 en total, aunque solo 7 esten en circulación), la pregunta que seguía a la anterior cuestión era: ¿Y … entonces a quién echamos?
La ganadora de la votación de la campaña Women on 20s es Harriet Tubman, esclava que huyó de sus amos y regresó al Sur para liberar a otros esclavos.
Junto a una amiga, la periodista Susan Ades Stone, Howard inició una campaña en la web denominada Woman on 20s que el pasado domingo -Dia de la Madre en Estados Unidos- proporciono el nombre de la ganadora tras mas de 600.000 votos emitidos desde el 1 de marzo. Reemplazar a uno de los hombres existentes en los billetes no requiere un largo y complicado debate en el Congreso -como tantos otros asuntos en este país-. Bastaría con un movimiento de cejas de Barack Obama y la firma del presidente para que el Tesoro lo hiciera. Y Obama ya declaró en el pasado su simpatía sobre el asunto al mencionar en un discurso la carta enviada por una niña en la que se quejaba de la no existencia de mujeres en el papel moneda.
Entre mas de 15 candidatas, entre las que se encontraba Rosa Parks, Eleanor Roosevelt, Betty Friedan, Patsy Mink, Frances Perkins…, la finalista ha sido Harriet Tubman, quien escapó de la esclavitud y ayudó a hacer lo mismo a muchos otros, arriesgando su propia vida al volver a territorio Dixie. En segundo lugar quedo Rooselvet y en tercero Parks. En cuarto lo hizo Wilma Mankiller, primera mujer elegida en las urnas como jefa de la nación Cherokee fallecida en 2010. ¿Por qué mencionar un cuarto puesto, no vale con citar el segundo y el tercero si no que hay que hacer sangre reseñando a quien queda en cuarto?
Tiene su lógica. Todo apunta a que a quien se va a desalojar de su privilegio es a Andrew Jackson, el presidente que no solo se manifestó en contra del papel moneda -el hombre debe de revolverse en su tumba cada vez que un cajero automático escupa biletes de 20 con su retrato en él- sino que envió a la Nación Cherokee a recorrer un Sendero de Lágrimas (Trail of Tears), tras firmar el decreto que expulsaba a los indios de sus territorios. La victoria de Mankiller hubiera tenido su aquel de justicia poética.
Yolanda Monge – Diario El País, España.