Arturo Picones Medina, director del Laboratorio Nacional de Canalopatías del Instituto de Fisiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), adelantó que investigaciones realizadas con alacranes, arañas y víboras, arrojaron que el veneno de estas últimas puede fungir como inhibidor específico de espermatozoides.
Tres toxinas del veneno servirían para crear un método anticonceptivo masculino.
El también responsable del proyecto aseveró que se aislaron 950 toxinas de, de las cuales se han probado 350 en el equipo automatizado de alta tecnología: ‘identificamos a tres de ellas como aislantes de los canales de espermatozoides. Dos de las mencionadas sustancias provienen de veneno extraído de serpientes coralillo, y la otra de una cobra’.
En México tenemos cantidad de animales ponzoñosos de donde se pueden obtener esas toxinas para extraer componentes químicos, que una vez aislados los hemos podido probar”, indicó a través de un comunicado de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación (Seciti) de la Ciudad de México; comentó que el proyecto se desarrolla en etapas ahora explicadas.
Se inyecta un producto que impida la movilidad de los espermatozoides, que no afecte a otras células ni al organismo que los alberga; en este sentido, sería un método reversible, con el objeto de que el hombre mantenga la capacidad de fecundar al óvulo cuando éste tome la decisión de suspender el uso de la opción anticonceptiva.
Hace tres años la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación capitalina financió de primera mano un total de 21 millones de pesos, con lo que se logró equipar al laboratorio a fin de implementar las investigaciones que desencadenaría en este resultado; todo, encaminado a encontrar un anticonceptivo masculino reversible”, subrayó el científico.
Asimismo, el proyecto realizado por la máxima Casa de Estudios de la nación, prevé encontrar bloqueadores que eviten la movilidad del flagelo de los espermatozoides, lo cual, de igual forma, puede estar cobijado en el veneno de algunas víboras específicas; después de las pruebas preclínicas, podrían iniciar los exámenes clínicos en seres humanos.
La importancia de enfocarnos ahora en células reproductoras humanas es que todos los anticonceptivos actuales desarrollados de una manera exitosa son orientados hacia las mujeres y son hormonales. Lo que quiere decir que los efectos que se tienen sobre los óvulos no son únicos”: no existe una fecha definida para presentar el producto.