Sexualidad de los superhéroes, en el diván del cómic

Poco se sabe y mucho se especula sobre la sexualidad de los superhéroes: hombres y mujeres esbeltos, mágicos y elásticos que casi nunca dan rienda suelta a su libido. Algún escarceo se ha visto desde que apareciera Superman en 1938, pero poca cosa para un universo tan fértil y longevo.

La decorosa moral de los creadores de Spider-Man, Batmano Wonder Woman no impide que otros dibujantes se hayan servido de la tribuna de sus propias viñetas para retratar a los magníficos en sus momentos más íntimos.

Es el caso de Zep, alias del suizo Philippe Chappuis, que recientemente ha recostado en el diván burlón de su página digital de Le Monde los problemas de eyaculación delHombre-Araña, las complicaciones de Hulk con los condones o la inclinación de Linterna Verde por las orgías gays.

“Soy Namor, príncipe de los mares”, dice el héroe submarino sujetando su tridente en una viñeta. “Príncipe de los mares… de agua fría”, le responde una socarrona sirena que observa sus genitales.

En una decena de chistes que titula “La complicada sexualidad de los superhéroes”, el dibujante flambea las escenas con una generosa cucharada de sátira libertina.

Al término de la segunda serie aparece Zep enfrascado en sus dibujos. Al fondo se ve una puerta, de la que asoman una mujer y dos pequeños.

“Shhhh, niños… Está haciendo su página para Le Monde, es serio, no hay que molestarle”, vacila el dibujante, en boca de la señora.

Pero Zep no parte de cero. Las legítimas viñetas de casas estadunidenses como Marvel o DC ya habían mostrado algunos aspectos de la sexualidad de los grandes superhéroes.

CUANDO SUPERMAN IBA SER PORNOSTAR

Probablemente, el momento más pornográfico que se recuerda es el video de sexo casero que estuvo a punto de rodar Superman con Big Barda, allá por 1987 en las páginas de Action Comics.

El pervertido villano Sleez logró controlar las mentes del semidiós de la capa roja y la superheroína, y les forzó a rodar un metraje “amateur” en un sórdido motel. Pero justo antes de que pasaran a mayores, el marido de Barda, Mr. Miracle, irrumpió por la ventana y les liberó del influjo del depravado Sleez.

Además, está documentado que algunos superhéroes viven su sexualidad con cautela. Spider-Man teme que una exposición prolongada a sus fluidos corporales pueda dañar a su pareja, al igual que Hulk, que teme transformarse en el gigante verde con la emoción del coito… y triplicar su tamaño súbitamente.

A otros, directamente, sus superpoderes les obligan al celibato. A La Cosa no se le conoce un centímetro corporal que no esté hecho de ladrillo y el talento extraordinario dePícara consiste en absorber los recuerdos y facultades de aquel a quien toca.

La creciente normalización de la homosexualidad en la sociedad ha llevado a las grandes factorías de superhéroes a amoldar algunos personajes a las nuevas realidades sociales.

Northstar, de los X-Men, es homosexual y está casado conKyle Jinadu. Iceman, de esa misma saga, también prefiere las relaciones con hombres, según descubren los poderes telepáticos de su compañera Jean Grey.

Linterna Verde, personaje recurrente en las sátiras, es abiertamente gay en sus verdaderas viñetas, al igual queMidnighter, que tras su ruptura con Apollo incluso se hizo un perfil en la red social de contactos entre hombres Grindr.

Las debilidades sexuales de los superhéroes

Las tiras que publica en Le Monde Zep, en las que se imagina al kilométrico Hombre Elástico con problemas de erección o la capa jugándole una mala pasada a Superman durante un coito homosexual, beben de dos cómics publicados en Francia este año y el pasado, a partir del blog Sticky Pants.

Con trazo claro y humor salvaje, Tony Emeriau y Xavier Henrion vierten en esa secuela su impúdica creatividad para colocar a esos mismos superhéroes en situaciones obscenas o accidentales, pero siempre cómicas y perversas.

Sticky Pants abunda con alborozo en la rumoreada relación gay entre el oscuro Batman y Robin, su jovial compañero de leotardos amarillos, o muestra a Linterna Verde indagando en la ventanilla de objetos perdidos de un club sadomasoquista.

Pinceladas de humor sobre una fantasía recurrente, la del sexo de los superhéroes, que supone solo una esquirla en la centenaria historia de la caricatura, ampliamente documentada en la Enciclopedia Erótica del Cómic, que edita Cátedra y firman Luis Gasca y Román Gubern.

 

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