Un clavado mal hecho que le mereció un cero de puntuación dejó hoy fuera de los Juegos Olímpicos de Río al campeón olímpico reinante, el ruso Ilia Zakharov.
Hasta la tercera ronda de la semifinal Zakharov iba en el sitio 11, con posibilidad ajustada de clasificación, pero su cuarto clavado desde el trampolín de tres metros lo hundió, literalmente.
El subcampeón mundial cayó con las piernas dobladas y entró a la piscina del centro acuático Maria Lenk acurrucado y dando un panzazo.
“Yo estaba volando sobre el trampolín y el trampolín iba en la dirección contraria. No logré que trabajara para mí, así que las dos cosas se enfrentaron. Hubo una tensión muy fuerte y mis piernas simplemente no pudieron soportar la presión”, explicó después.
El clavado fallido provocó que quedara último entre los 18 competidores. Sólo los 12 mejores accedían a la final. En trampolín sincronizado Zakharov había quedado séptimo en la ronda de medallas con su compañero Evgenii Kuznetsov.
Zakharov, de 25 años, dijo que nunca se acostumbró a competir en la piscina al aire libre del centro acuático Maria Lenk de Río con condiciones meteorológicas cambiantes de sol, lluvia y viento y eso afectó su desempeño en general en la competencia.
El cuarto clavado no sólo le salió mal, sino que además se lastimó la rodilla. “Por desgracia, me lesioné un poco la rodilla. Traté al menos de terminar con algún puntaje, pero no tenía ni la altura ni la dinámica ni nada, así que tuve que golpear el agua”, señaló.
Resentidos la rodilla y la mente, sus últimos dos clavados tampoco le salieron como hubiera querido. “Me dolía un poco y quería terminar los clavados como yo sé que podía. Por supuesto, también estaba teniendo un quiebre psicológico en ese momento”.
Zakharov contó que no todo es oro en la vida de un campeón olímpico después de colgarse una medalla, como él lo hizo en Londres. Competir se vuelve más difícil.
“Necesitas motivación y es muy difícil superar obstáculos y buscar alcanzar más cosas”, se sinceró. “Hubo un momento en mi vida en que fue muy difícil”.
Ahora su plan es regresar a su casa y ver a su hija recién nacida, hablarle y decidir si iniciar un nuevo ciclo olímpico rumbo a Tokio 2020. “En este momento lo único que quiero es ver a mi familia y olvidarme de todo lo demás”.
Este es el segundo episodio vergonzoso que un clavadista ruso protagoniza en los juegos de Río, luego de que en la ronda eliminatoria de los clavados en su modalidad trampolín de 3m para mujeres, la atleta rusa Nadezhda Bazhina ejecutara mal un salto y fuera eliminada.
Sin Embargo