El partido para los niños de UNICEF disputado en Old Trafford (Manchester) se disputó finalmente con medidas de seguridad reforzadas y tuvo un emotivo recuerdo para las víctimas de los atentados de París, el día en el que David Beckham volvió a jugar en el estadio en el que fraguó su brillante carrera antes de partir al Real Madrid.
Los organizadores del partido benéfico finalmente optaron por la disputa del encuentro tras consultar con las fuerzas policiales de Manchester, que reforzaron las medidas de seguridad y pidieron al público, entre otras cuestiones, que no acudieran con mochilas salvo que fuera estrictamente necesario, así como una intensiva inspección a la entrada al campo.
El partido entre dos equipos de veteranos, uno de Gran Bretaña e Irlanda y el otro del Resto del Mundo, terminó con triunfo del primero por 3-1 y con la asistencia de 75 mil 381 espectadores que llenaron las gradas.
Sir Alex Ferguson y el italiano Carlo Ancelotti fueron los técnicos de ambas escuadras de un choque en el que finalmente no estuvo el francés Zinedine Zidane, actual técnico del Real Madrid Castilla. Beckham capitaneó el equipo británico y el portugués Luis Figo, otro exmadridista, el del resto del mundo.
Aunque la afición del Manchester United no olvidó viejas rencillas con jugadores de eternos rivales como John Terry o Jamie Carragher, se guardó un espectacular minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados de la capital francesa del viernes con el público en pie y los dos equipos y el árbitro italiano Pierluigi Collina formados en el círculo central.
Excélsior