Las narraciones deportivas en México se distinguen por el uso de una manera peculiar de poner pseudónimos a aquellos jugadores que disputaron en distintos equipos de nuestro país.
Uno de los comentaristas más recordados es Enrique ‘El Perro’ Bermúdez de la Serna, que tenía una manera ‘singular’ de comentar cada encuentro y de poner apodos que enmarcaron una época en el futbol mexicano.
Este lunes te preparamos un recuento de los peores apodos que dejó ‘El Perro’ antes de irse de las transmisiones de la televisora de San Ángel.
Jaime Lozano: este jugador sumamente recordado de Pumas fue bautizado como ‘el actor’. ¿La razón? La originalidad al encontrarle parecido con el actor Brad Pitt. Sí, tenemos la misma duda que tú.
Guillermo Ochoa: Ex americanista, amado portero por la afición, también fue víctima de Bermúdez al apodarle ‘el periodista’, al tener el mismo nombre que un conductor del programa “Hoy mismo”.
Adolfo Ríos: Es uno de los guardametas más recordados y queridos por la ‘vieja escuela’ de la afición águila; resultó para De la Serna ‘El arquero de Cristo’ y es que sus facciones en el rostro le eran similares a las de Jesucristo.
Juan Carlos Mosqueda: Llegó cuando un gran ícono del América se fue, Cuauhtémoc, y en esa ocasión se tenía la creencia de que podría ocupar su lugar y el narrador estelar de Televisa lo llamó el ‘ilusionista’.
Francisco Palencia: Otro gran jugador de la época ‘dorada’ de los Pumas fue sentenciado con el seudónimo ‘el gatillero’, luego de que le anotara un tremendo golazo a Italia con la selección olímpica.
Carlos Vela: Hoy en día sólo es conocido por Vela, pero hace algunos años, el ingenioso Perro lo apodó el “bombardero”, cosa que ya casi nadie recuerda.
Oscar Mascorro: Otro jugador que fue víctima de la boca de aquel hombre sin un rastro de cabello, fue él, con su tan nombrado ‘Nenuco’, y es que se dice que la creación de este apodo fue culpa del mismo deportista, por su peculiar forma de teñirse la ‘mata’.
Y por último, Ismael Rodríguez, a aquel que le recordaron su natal ‘Tampico Madero’, una ciudad puramente petrolera.