Ángel Macías Barba murió el domingo a los ochenta años de edad. Será siempre recordado por una proeza ocurrida en 1957 la cual cambió la manera de encarar retos para los deportistas mexicanos. Gracias a su trabajo como lanzador un representativo de México consiguió su primer campeonato en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas en Williamsport, Pennsylvania, torneo que se celebra desde 1947.
A los 12 años, Macías lanzó el que hasta ahora es el único juego perfecto en una final de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas. Aquella hazaña permitió al equipo representante de México, la Liga Industrial de Monterrey, conseguir el título por 4-0 sobre la novena de Estados Unidos.
Pese a que era un niño, Macías tenía la habilidad de lanzar como derecho o zurdo y poseía un temple asombroso. Aquel partido del 23 de agosto de 1957, ante el reprsentativo de Estados Unidos, se sobrepuso a tres bolas y sin strikes en la sexta entrada, para conseguir un ponche que les significó el triunfo.
Aquella épica incluso llegó al cine, pues en el periplo a la victoria tuvieron que sobreponerse a un sinfín de imprevistos.
Macías se hizo profesional y estuvo en las filas de equipos tanto de la Liga Mexicana como en la del Pacífico.
Source: Deportes