La gran semana del Super Bowl LI de la NFL comenzó en el Minute Maid Park de Houston con la tradicional “Noche de la Prensa” en la que la política era lo que más interés generaba, pero de la que nadie de los equipos de los Patriotas de Nueva Inglaterra y Halcones de Atlanta quiso hablar, informó la Agencia EFE.
Figuras estelares como el mariscal de campo Tom Brady y el entrenador en jefe de los Patriotas, Bill Belichick, seguidores del nuevo presidente estadunidense Donald Trump, se limitaron a decir que estaban en el Super Bowl para hablar de futbol americano y de sus rivales.
Ni tan siquiera, Belichick, que acude a su décimo Super Bowl, el séptimo como entrenador en jefe de los Patriotas, quiso firmar un balón de soccer con el argumento que no era de futbol americano.
Bellichick sí dijo sentirse feliz de encontrarse de nuevo en la antesala de un Super Bowl y que el equipo de los Patriotas se lo merecía por la gran labor realizada durante toda la temporada.
“Aquí es donde queríamos estar, vamos a disfrutarlo”, indicó Belichick. “Enfrentaremos a un gran equipo de Atlanta, tenemos que jugar nuestro mejor partido, no es un secreto, sabemos eso”.
De la misma manera se expresó Brady, de 39 años, que buscará su quinto título de campeón, algo que hasta ahora no ha conseguido ningún otro pasador en la historia de la NFL.
Además adelantó que no veía que el momento de su retirada estuviese cerca, o al menos no en los próximos años, mientras dijo que no tenía nada que demostrar a nadie ni buscar el triunfo como venganza deportiva contra el comisionado de la NFL, Roger Goodell, que lo suspendió por cuatro partidos, al implicarlo en el escándalo de los balones desinflados.
“Soy persona positiva, siempre miro hacia el futuro y trato de superarme junto a mis compañeros que creo que han hecho una temporada increíble con marca de 14-2 y ocho triunfos consecutivos”, destacó Brady, que también tuvo elogios para el mariscal de campo rival, Matt Ryan, formado como universitario en el Boston College.
Mientras que Belichick se limitó a guardar silencio a las preguntas sobre política relacionadas con la orden ejecutiva de inmigración de Trump, Brady reiteró que “no estoy aquí para hablar de políticos”.
Del que sí habló fue de su padre cuando se le preguntó quién era su héroe y con tono emocionado admitió que lo admiraba cada día por todo lo que hacía.
Recientemente, el padre de Brady salió en defensa de su hijo por el castigo que recibió por parte de Goodell al que criticó con dureza.