La gran generación de jugadores con la que cuenta la selección de Chile quedó confirmada al ganar la Copa América, depués de vencer en penales (4-1) a una Argentina que vuelve a quedarse con las ganas de levantar una copa.
Tras las fallas de Gonzalo Higuaín y Ever Banega, por parte de la Albiceleste, los andinos festejaron después que Alexis Sánchez materializara su ejecución para ganar su primera Copa América, el máximo logro del combinado que dirige el argentino Jorge Sampaoli.
Por su parte, el representativo pampero, vuelve a ser subcampeón, ahora en el torneo sudamericano, después ser derrotado por Alemania en el pasado Mundial de Brasil 2015.
El trámite no fue sencillo, fue cerrado, por momentos con talento, sobre todo en el primer tiempo, en otros sin idea y poca propuesta, principal característica del segundo lapso, al igual que los tiempos extra, en los que el marcador no se movió.
Esa ansiedad por no equivocarse de ninguno de los dos lados provocó que ambas escuadras arriesgaran poco pese a tener la iniciativa de ir al frente, pero sin la claridad suficiente para aspirar a terminar con el cero.
El primer esbozo de peligro se dio del lado local, en un rebote en el área que le quedó a Arturo Vidal, quien de botepronto sacó un disparo cruzado que Sergio Romero muy bien recostó para controlar.
Los pamperos respondieron pasados los 20 minutos del juego, en un centro por derecha a primer poste, donde Sergio Agüero conectó con potencia, pero a la ubicación de Claudio Bravo que rechazó para salvar su meta.
La lesión de Ángel di María antes de la media hora de juego afectó a Argentina, que perdió ese ir y venir del talentoso extremo, pero sin resentir en el resto de su funcionamiento, al grado que tuvieron una ocasión antes de irse al descanso.
Javier Pastore por izquierda llegó casi hasta línea de fondo para mandar una diagonal retrasada a Ezequiel Lavezzi, quien de primera intención prendió un disparo muy potente, pero a los puños de Bravo, que rechazó el esférico.
En el complemento, las virtudes de ambos equipos se quedaron en el vestidor, el juego cayó en una lucha sin cuartel, en el que la fuerza prevaleció sobre el talento, el cual se entregó a cuentagotas en dos jugadas en los últimos diez minutos.
Primero una media vuelta de volea extraordinaria de Alexis Sánchez, que se fue a un costado del poste derecho, y ya sobre el tiempo un contragolpe vertiginoso que Ezequiel Lavezzi por izquierda mandó un balón a poste contrario donde Gonzalo Higuaín cerró, pero tarde, y su remate se escapó a un lado, para irse al alargue.
En los tiempos extra tampoco hubo mucho, un error de Javier Mascherano que Sánchez no aprovechó, abrió las puertas a los penales.
Chile fue el verdugo de Argentina, gracias a los atinados tiros de Matías Fernández, Charles Aranguíz, Arturo Vidal y Alexis Sánchez, para proclamarse como el mejor de América ante una selección de Argentina que sólo pudo marcar en la tanda por medio de Lionel Messi.