La ola de violencia en el fútbol turco está pasando ya de castaño a oscuro. Si hace una semana un aficionado del Trabzonspor se golpeo con un árbitro asistente en el partido ante el Fenerbahçe, en esta jornada la imagen denunciable se ha visto en el Karabükspor-Elazigspor. Otro hincha saltó al terreno de juego y lanzó una botella al colegiado que casi golpea a un jugador visitante.
Este radical se intentó marchar corriendo pero le detuvieron y casi le golpean con una patada voladora muy típica de deportes de contacto y no del fútbol.