1. Usarla como una extensión del poder adquisitivo:
Si todos los meses cubres una parte de tus gastos con la tarjeta de crédito, estás gastando más de lo que tienes, lo que te perjudicará al tener que pagar las cuentas. Usa sabiamente tu tarjeta y no para cubrir el presupuesto fijo, a menos de que pagues todo antes de que venza la cuota.
2. No conocer el sistema de puntos:
Muchas tarjetas acumulan puntos por cada compra y estos sirven para canjear diferentes beneficios. Incluso, muchas están asociadas con aerolíneas para acumular millas por un monto determinado de compras que haga el usuario. Infórmate acerca de los beneficios que te da tu tarjeta para que puedas aprovecharlos y sacarle el jugo al sistema de puntos que te corresponda. Puede que resulte que tengas muchos puntos acumulados y querrás usarlos antes de que se pierdan.
3. Pagar siempre el mínimo:
Si todos los meses realizas el pago mínimo de la cuota que debías cubrir, toma un mayor tiempo cancelarla, lo que hace que los intereses produzcan un gasto aún mayor. Busca siempre pagar el total de la deuda cada mes.
4. Diferir a más de una cuota:
Al pagar con la tarjeta, siempre nos preguntan en cuántas cuotas deseamos cancelar la compra y muchas personas eligen plazos de entre 2 y 36 meses, lo que quiere decir que esa compra -por pequeña que sea- te generará intereses durante ese número de meses. Lo ideal es que compres con tu tarjeta lo que podrás pagar completamente en tu siguiente corte y de ese modo, no pagarás intereses.
5. No conocer tus condiciones crediticias:
Si no sabes cuál es la tasa de interés que te da la tarjeta, cuáles son tus beneficios o cuándo es tu fecha de corte, entonces necesitas empezar a conocer esos datos en el menor tiempo posible. Infórmate acerca de todo lo que involucra a tu tarjeta de crédito, ya que es la única forma en que podrás sacarle el máximo provecho.
Información tomada de El Universal