EL QUE DECIDIÓ ejercer su derecho de réplica ante lo publicado en esta columna la semana pasada, respecto a ese jugoso contrato que presuntamente el delegado del ISSSTE en Chihuahua, el General Jorge Domínguez, movió sus influencias para que ganara el contrato de licitación y así realizar la desinfección de hospitales, fue Andrés Arzaga, y aunque en su réplica afirmó que todo se hizo a cabalidad, lo que nos quedamos esperando es la comprobación de que efectivamente cuenta con una empresa establecida para poder ganar ese tipo de licitaciones, que al fin y al cabo ese es el meollo del asunto, de que el contrato al parecer se le otorgó a pesar de no tener ni oficina ni empleados para realizar el servicio antes mencionado, además, claro está, de que el empresario confundió una columna con una nota, por lo que nos quedaremos en espera de recibir la comprobación de que esa empresa “dedicada” a la desinfección de hospitales del ISSSTE en verdad existe, y entonces sí, con todo gusto también se publicarán los documentos que así lo demuestren, porque es fácil desmentir con palabras, pero no con hechos, igualitos a su mesías, el inquilino de Palacio Nacional.
Por lo pronto, las manchas y presuntos actos de corrupción siguen amontonándose al interior de la 4T, sin embargo, poco o nada se hace al respecto, con eso de que Andrés Manuel López Obrador niega y niega lo visible, además de insistir de que ellos no son iguales, por lo que estaremos en espera de comprobar que ese contrato de licitación es completamente legal, pues si no es así, quién sabe cómo es que AMLO y la 4T le van a hacer para que el país tenga una servicio de salud como el de Dinamarca al concluir su sexenio, cuestión que sigue prometiendo.
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PARA NO CORTAR el hilo cuatrotero y tabasqueño, algo ha de saber Andrés Manuel López Obrador respecto a lo que pudiera suceder en las elecciones del 2024, pues es brutal su insistencia de imponer su reforma electoral que prácticamente modifique al INE y se lo entregue en charola de plata a las huestes morenistas, y no, no se trata de que el Instituto Nacional Electoral planee un fraude en las elecciones presidenciales venideras, en ese caso lo hubieran cometido en el 2018 para evitar la llegada del tabasqueño y así ahorrarse, y ahorrarle a México, tantos dolores de cabeza provocados por las ocurrencias de López Obrador. Pero volviendo al punto, algo sabe el inquilino de Palacio Nacional y quizá, en esa terquedad por fracturar al INE, chance no son buenas noticias para Morena y la 4T, con eso de que se jacta de muy democrático.
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CONTINUANDO CON LOS ecos de la visita de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, a Ciudad Juárez, lo que quedó demostrado, además del músculo político del alcalde ese municipio fronterizo, Cruz Pérez Cuéllar, es que el Presidente Municipal de extracción morenista, pero de pasado muy azul, supo brincarse a lo que parece ser el lado ganador en la contienda interna por la candidatura presidencial de Morena, en la que Sheinbaum es la corcholata favorita de AMLO, y es que en un principio, Pérez Cuéllar estuvo muy cercano al senador Ricardo Monreal, que si bien continúa siendo su amigo, lo cierto es que el juarense ya se decidió por Sheinbaum ante las constantes trabas que le han puesto dentro de su mismo partido al senador Monreal. Se llama visión política, dicen los malosos.
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SI DE VISIÓN política se trata, el que demostró que no importan los colores cuando de trabajar se trata es el alcalde Marco Bonilla, quien ayer confirmó la llegada de Pepe de Lamadrid a Servicios Públicos Municipales, dependencia que contaba con un interinato desde el lamentable fallecimiento de Federico Muruato. Y es que es de sobra conocido que Pepe es priista y que tiene una amplia trayectoria de la mano del partido tricolor, incluso como funcionario federal durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, cuando a De Lamadrid le tocó encabezar la delegación de SEDESOL, hoy del Bienestar, así que con esa vasta experiencia, tan necesaria en una Dirección como Servicios Públicos, es que el alcalde Bonilla optó por darle la estafeta en un momento en que se requiere mucho trabajo para sacar adelante la recolección de basura y la construcción del nuevo relleno sanitario.
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POR CIERTO QUE el alcalde Bonilla decidió darle fuerte un manotazo a la mesa de la grilla que se traen los corralistas y algunos morenistas con el tema de la obra de teatro que monta Beto Espino en El Palomar. Explicaciones a oídos necios no sirven, así que la remangada fue pareja.
Dijo el edil capitalino que esa obra de teatro sigue más que firme y ya de explicaciones a necedades estuvo bien. Lástima que el nombre de Chihuahua corrió en algunos pasillos de la cultura a nivel nacional como trapo de cocina, pero es lo que sí saben hacer -y muy bien- los aún seguidores de Javier Corral y los guindas de la Cuarta (des)Transformación.
Source: Columna