LAS RECIENTES ENCUESTAS nacionales que señalan que Ricardo Anaya, precandidato del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano a la Presidencia de la República, ha acortado distancia con el puntero de la contienda, Andrés Manuel López Obrador, no solamente ha puesto feliz al rubio queretano y a su equipo de campaña, sino también al panismo local que por fin se está olvidando de Margarita Zavala y comienzan a observar las virtudes del tan llamado “traidor” al interior de su partido, pero que a decir de muchos, está logrando lo imposible al haberse despegado, al menos en las encuestas, de su homólogo priista que nomás no prende ni con gasolina, José Antonio Meade, a quien no lo bajan de ser el padre del gasolinazo.
Tal situación, nos cuentan los malosos, ha tranquilizado bastante al gobernador Javier Corral, a sabiendas de que la “Caravana por la Dignidad” logró más de lo esperado en cuestiones electorales: posicionar al panismo y a sus líderes como los paladines de la justicia anticorrupción, que, aunque sea cierto o sea falso, obtuvo sus méritos en las preferencias de los votantes, tan es así que a nivel estatal el PAN anda más que tranquilo de cara al 1 de julio, a sabiendas que sus contrincantes directos dejaron de ser los priistas y ahora se trata de los morenos, aunque a decir verdad, el bajo conocimiento entre el electorado hacia los suspirantes de MORENA, trae a los azules con una sonrisa de oreja a oreja.
Y es que el daño que ocasionó el ex gobernador César Duarte no solamente fue contra las finanzas estatales, sino también contra el priismo local, que por más que se quieran ver optimistas, la cuesta arriba no solamente la trae Pepe Meade, sino todos y cada uno de los candidatos tricolores que añoran volver a ser el partidazo de antaño.
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YA QUE ANDAMOS con los chicos de la familia revolucionaria, nos enteramos que a pesar del espinado camino que les ha tocado recorrer en los últimos meses en materia electoral, un nutrido grupo de priistas se trasladarán este fin de semana a la Ciudad de México, con la mira puesta en estar presentes en la Convención Nacional de Delegados que ratificará a José Antonio Meade como el candidato del PRI a la Presidencia de la República, en donde la crema y nata del priismo de todo el país buscarán mostrar músculo y unidad ante las aves de mal agüero, que los colocan lejos de volver a ocupar Los Pinos.
Los malosos nos confirmaron que serán aproximadamente 400 los chihuahuenses que harán fuga al centro del país, acompañando al dirigente y la secretaria General del PRI, Omar Bazán y Georgina Zapata, al delegado del CEN, Sofío Ramírez, así como todos y cada uno de los precandidatos a senadores, diputados federales y legisladores locales. Vaya, la Ciudad de México será invadida por priistas para alzarle la mano a Pepe Meade.
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REGRESANDO CON LOS chicos de azul, que a pesar de las encuestas a su favor en lo que respecta a las preferencias electorales, el que no la trae nada fácil es el líder del PAN Estatal, Fernando Álvarez Monje, pues no se lograron concretar las precandidaturas únicas sin que existiera algún raspado, tal es el caso de Cristina Jiménez, quien rompió con la línea oficial y le hará competencia a Gustavo Madero por la candidatura a la senaduría, y es que la chamaca también se atrevió a denunciar la guerra sucia en su contra, y aunque no especifica si se trata de fuego amigo o tricolor, lo que sí es un hecho es que a la juarense le están pegando duro en las redes sociales, haciendo más difícil el trabajo de conciliación tan necesario al interior del bolillazo.
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PERO LOS QUE si mantuvieron la línea dictada desde Palacio de Gobierno, fueron la mayoría de los consejeros estatales del PAN que ayer por la tarde, solamente con un voto en contra, eligieron a César Jáuregui Robles y Guillermo Luján Peña, como la fórmula de aspirantes a buscar un espacio en la lista nacional de candidaturas al Senado por la vía plurinominal.
Sin que mediara currículum de por medio y solamente con la finalidad de darle una salida digna al vapuleado funcionario estatal, se determinó que el dúo dinámico fueran en busca de una buena posición en la lista de candidatos al Senado que el Comité Ejecutivo Nacional del PAN deberá registrar ante el INE, producto de una elección de su consejo nacional. La apuesta no es sencilla, porque como se recordará, de la dichosa lista que se registra, en el 2012 entraron 11 nombres panistas.
La vía de la carretera plurinominal para Jáuregui, así como para el director de Administración, Memo Luján, no les obliga a solicitar licencia al cargo público que ostentan, por lo que será hasta conocer si quedan en un buen lugar en la lista nacional, que decidirán separarse del changarro o en caso de que el lugar no sea privilegiado mejor le sigan de frente en el Nuevo Amanecer, total que Maclovio ya tiene acostumbrado a don César a la bola dura. Esta liga se rompe el 31 de marzo, tiempos en los que hay que tomar definiciones de separarse, o no, de la función pública.
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PARA NO SOLTAR la grilla azul, la búsqueda de Miguel Riggs por la candidatura del Sexto Distrito Electoral Federal, trae a más de dos volteados de cabeza. Pero el camino ya está trazado: la comisión permanente del CEN azul se reunirá el próximo 20 de febrero, día en que decidirán quién va por cada una de las 9 demarcaciones federales de Chihuahua. Ahí no habrá vuelta de hoja.
Frente a Riggs da la pelea Carlos Olson, de tristes antecedentes porque ocupó el cargo de Director Administrativo de la Cámara de Diputados cuando se dieron los famosos y corruptos moches operados por la dupla Jorge Villalobos/Gustavo Madero. A ver quién se lleva la nominación.
Pero como paracaídas de Riggs, la comisión permanente del CDE del PAN pospuso su decisión para rellenar candidaturas locales hasta el 28 de febrero, fecha en que deberá buscar un remplazo en la candidatura a la sindicatura, en caso de que el chamaco logre la nominación por el 06, de no ser así, la reelección será el camino del chaval.
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AL QUE LE asestaron otro golpe legal, más allá de los trancazos que significaron el volver a restituir a los magistrados Gabriel Sepúlveda y Jorge Ramírez en sus puestos, es al gobernador Javier Corral, quien apenas estaba digiriendo ambos ganchos al hígado en el Poder Judicial, cuando tuvo que asimilar que un juez federal decidió otorgarle a la PGR los casos del ex secretario general adjunto del PRI y del ex director de Adquisiciones del gobierno estatal, Alejandro Gutiérrez y Antonio Tarín, los cuales deberán de ser juzgados en el ámbito federal por el presunto desvío de 250 millones de pesos a las campañas del partido tricolor en el 2015. ¿Será que el góber deberá apretarle las tuercas a sus chicos leguleyos?
Source: Columna