Aunque ayer todavía estaba firme la visita de Andrés Manuel López Obrador a Ciudad Juárez, los rumores de su cancelación se acrecentaron conforme pasaban las horas y el escándalo por la tragedia en la que murieron 38 migrantes en un incendio en un centro del Instituto Nacional de Migración, escalaba a nivel internacional, tanto, que hasta el secretario General de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, exigió una investigación exhaustiva respecta a la desgracia que volvió a enlutar a la fronteriza ciudad, la cual se ha vuelto un epicentro de tragedias ante la indolencia de un sexenio que ha permitido una migración sin control y que alegaba respeto a los derechos humanos, cuando la realidad de las cosas es que en ese centro el INM había de todo, menos humanidad. Así que ante la hipocresía de la 4T que se mostró de cuerpo entero, falta ver si el tabasqueño no decide voltear hacia otro lado, como suele hacerlo, y cancelar esa visita tan cacareada a Juárez y en la que pretendía ser vitoreado por sus dádivas electoreras. La realidad le ha escupido de frente a la indolencia del inquilino de Palacio Nacional.
Y para muestra de esa indolencia y de su forma de jugarle al Pilato cada vez que su inoperancia lo exhibe como lo que es, tan sólo basta escuchar cómo culpó a los migrantes de haber provocado el incendio en donde murieron, y si bien tiene razón en la forma en que comenzó el fuego que acabó con la vida de 38 de ellos, si la tragedia hubiera ocurrido en algún albergue estatal o municipal, no habría dudado ni tantito en culpar a los gobiernos en turno y lavar de culpas a los migrantes, pero como en esta ocasión la culpa es completamente de su inoperante estrategia migratoria, no le quedó de otra que mostrarse como lo que es: un personaje que politiza tragedias y cuando su gobierno es el responsable, se lava las manos como aquel prefecto romano. Y eso que se jacta de ser muy cristiano.
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Otros que aplicaron esa misma “estrategia” de su mesías tabasqueño fueron los diputados locales de Morena, cuya soberbia o fanatismo, ya no sabe uno ni qué es, no les permitió reconocer que desde hace meses, tanto el gobierno estatal como el municipal, apoyados por la mayoría en el Congreso del Estado, pedían a gritos que la 4T y su Instituto Nacional de Migración se aplicaran en el tema migratorio. Es más, hasta se mordieron la lengua y se la destrozaron cuando desde Tribuna del Legislativo local pidieron no “politizar” la tragedia de la muerte de los 38 migrantes en Ciudad Juárez.
Qué de verdad no se acuerdan cómo ellos han politizado y utilizado tragedias como la de la guardería ABC, los 43 de Ayotzinapa y más recientemente el asesinato de los sacerdotes jesuitas o el motín en el CERESO 3 para sacar raja política. Ah pero cuando no les conviene, ahí sí lloran como Magdalenas. O como diría su célebre “súper” delegado: “la zorra nunca se ve su cola”.
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Y para no dejar nada en el tintero de los ecos de esta tragedia migratoria que ha enlutado a 40 familias y al estado de Chihuahua en sí, otro que exhibió su indolencia y valemadrismo político es el canciller Marcelo Ebrard, que si bien tenía compromisos por cumplir en Nuevo León ante la millonaria inversión que se viene para esa entidad con la llegada de Tesla, al menos hubiera aplicado tantita prudencia. Y es que al secretario de Relaciones Exteriores se le olvidó la tragedia migrante y hasta presumió su paseo en un vehículo Tesla acompañado, muy sonriente, del gobernador nuevoleonés, Samuel García. Así que a don Marcelo lo tundieron y tundieron a través de sus redes sociales, aunque conduciendo un auto eléctrico, dudamos mucho que, por seguridad, haya revisado en ese momento su celular.
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Retomando a los diputados locales, los cuales ayer se dieron con todo en la Tribuna del Legislativo, será el sábado cuando deban ponerse una sonrisa y acudan a Delicias para encabezar la Sesión Solemne con motivo del 90 aniversario de la fundación de esa ciudad de los llamados Vencedores del Desierto, para después intensificar la chamba durante lunes y martes que adelantarán las sesiones correspondientes a la semana entrante, pues buscarán aprovechar los Días Santos de la Semana Mayor.
Y es que no solamente fue el tema migratorio por el que salieron chispas en el Pleno, también fue por la suspensión al Plan B electoral por parte del ministro Javier Laynez, a quien al igual que AMLO lo acusó de desconocer la Constitución (lo dice el que la pisotea un día sí y el otro también), lo mismo hicieron los morenistas, sin embargo, también se toparon con un férreo debate por parte de los legisladores azules, quienes les recordaron a los morenos lo que suelen hacer con demasiada frecuencia: quejarse de todo aquello que no les conviene a sus intereses político partidistas, pero beneficiarse de lo que sí, aunque eso signifique ilegalidad pura. Hipocresía, se llama.
Source: Columna