Manos en la masa-Operación tricolor-Reemplazo en la planilla

“Un candidato repartiendo tarjetas, valiéndose de la necesidad del pueblo, una compra de votos encubierta y descarada”. Si a esas palabras no les damos contexto, bien podría ser una crítica de la oposición a lo que los súper delegados de la 4T estuvieron haciendo cuando sonaban como aspirantes a las gubernaturas, que sin reglas ni transparencia, dispusieron de miles de millones de pesos para entregar a diestra y siniestra en las zonas más pobres de sus estados. Pero no, en realidad fueron las palabras que ayer, Andrés Manuel López Obrador, valiéndole tres cacahuates su investidura de Presidente y sin el más mínimo respeto por la ley electoral, espetó, con bastante coraje por cierto, de lo que según él ocurre en Nuevo León con Adrián de la Garza, candidato del PRI-PRD y uno de los punteros en la carrera por la gubernatura. No es necesario escribir mucho, pues aunque el tabasqueño llame “conservadores hipócritas” a cualquier ciudadano que no esté de acuerdo con sus dictatoriales y rancias ideas, lo cierto es que su descarada injerencia en el actual proceso electoral, no sólo en Nuevo León, con todo y que lo reconoce, lo que termina siendo hipócrita e incongruente es la actitud del inquilino de Palacio Nacional, ya que mientras es él quien se rasga las vestiduras y les echa encima la Fiscalía y la Unidad de Inteligencia Financiera a sus opositores, acá en Chihuahua, en Jalisco, en Tlaxcala o Colima, sólo por mencionar algunos, los súper delegados que durante dos años, unos más, otros menos, controlaron la entrega de dádivas, “programas sociales” disfrazados de compra de votos, son ahora candidatos a la gubernatura. Es así que la hipocresía y la incongruencia son el eje central del discurso obradorista, aunque el macuspano pretenda darse baño de pureza… y extenderlo hacia sus también corruptos colaboradores, defensores a ultranza de su fallida transformación.

Y para muestra lo que ocurrió a finales del año pasado con su subsecretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, quien en las elecciones del 2018 fue la delegada del CEN acá en Chihuahua, misma que desde su poderoso puesto continuó operando a favor de sus favoritos, tanto, que en la interna morenista para elegir candidato a gobernador, uno de tantos que no son Juan Carlos Loera, el súper delegado con licencia y ahora el abanderado del morenismo por la gubernatura, la acusaron, a él y a ella, de presuntamente desviar fondos de los programas sociales para sus intereses políticos, y hasta denuncias penales existen, interpuestas por algunos militantes de Morena. Así que esa cantaleta de que “no somos iguales”, que se las crean sus fanáticos, que vaya que los hay, por más que la realidad también los alcance.

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Hablando de Juan Carlos Loera, el candidato de Morena a la gubernatura no le devolvió el favor a su homólogo de Movimiento Ciudadano, Alfredo “El Caballo” Lozoya, pues a decir de éste último y a decir de las encuestas mandadas a hacer por el partido naranja, el morenista siempre aparece en primer lugar y él intentando darle alcance, sin embargo, en la que Loera presumió ayer en sus redes sociales, “El Caballo” ni siquiera figura en el tercer lugar, como suele suceder en casi todos los ejercicios estadísticos recientes. No, ahí en la encuesta que colgó Loera de la Rosa, el alcalde con licencia de Parral apareció en cuarto lugar, detrás de la priista Chela Ortiz, cuya campaña está más fría que El Vergel en pleno invierno. Lo cierto es que como dijo el mismísimo gobernador Javier Corral, “cada partido tiene su encuestadora y hace su propio manejo”. ¿Será?

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Y precisamente porque las encuestas terminan siendo espejismos dentro de un proceso electoral, los malosos nos comentaron que más allá de que si la priista Chela Ortiz declina o no a favor de la panista Maru Campos en la carrera por la gubernatura, quienes no quieren arriesgarse y someterse a la buena de Dios, son la candidata del PRI a la alcaldía de Ciudad Juárez, Adriana Fuentes, y la aspirante de la alianza PRI-PAN-PRD a diputada federal por el Distrito 1, Lilia Merodio, de las cuales se dice que andan operando a favor de Campos Galván, y no porque la relación entre ellas y Chela esté desgastada por viejos roces cuando el partido tricolor era el “partidazo”, sino porque el voto útil se está convirtiendo en necesario si no quieren que Morena se apodere de Chihuahua.

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Bien dicen que quien ríe al último ríe mejor, y tal parece que eso le ocurrió a Fermín Ordóñez, candidato de Morena a diputado local por el Distrito 18, pues la multa que le cayó por parte del Tribunal Estatal Electoral tras la denuncia interpuesta por el PAN por la presunta entrega de despensas, no fue otra cosa que cosquillas en comparación con lo que le sucedió al aspirante a regidor por parte del PAN-PRD, Daniel Ávalos, a quien Fermín le destapó que tenía una denuncia penal en su contra por abuso sexual. Y es que más que confirmado está que el chavalo fue removido de la planilla de regidores que aspiran al Cabildo de la capital y sustituido por Juan Pablo Campos López, pues todo parece indicar que el PAN no se quiso meter en broncas defendiendo a un acusado de violencia sexual, sea mentira o sea verdad, los azules no pueden permitirse el lujo de jugarle al abogado del diablo, así que le dieron la razón a Ordóñez Arana.


Source: Columna